La Fiscalía General de Chihuahua realizó la inhumación de 112 cuerpos que no fueron reclamados por sus familiares; 11 de las víctimas murieron en diversos hechos violentos ocurridos en Ciudad Juárez.
Sin exequias y con un código de identificación junto al ataúd hecho de conglomerado de madera, los cuerpos fueron enterrados con la ayuda de maquinaria pesada en el cementerio de San Rafael -el más grande de Ciudad Juárez- bajo una imparable lluvia y la vigilancia de expertos en criminalística y peritos forenses enfundados en trajes blancos, guantes y cubre-bocas.
"Todos tienen su estudio fotográfico, sus estudios médicos y el perfil genético, que es muy importante por si existe una reclamación posterior por parte de sus familiares", indicó a la AFP Joselyn Guzmán, vocera de servicios periciales de la Fiscalía de Chihuahua.
Hallados en esa ciudad y su periferia, los cadáveres estuvieron en el Servicio Médico Forense (Semefo) local desde 2017.
"La mayoría son por causas de muerte naturales, hay óbitos, suicidios, algunas muertes accidentales y otras derivadas de homicidios", comentó Guzmán.
En julio fueron enterrados otros 43 cuerpos y, actualmente, 70 más aguardan en el Semefo para ser inhumados.
De los cuerpos sepultados, 81 eran de hombres, cuatro mujeres y 27 fetos.
Chihuahua, como muchos estados de México, es territorio disputado por violentos cárteles. En lo que va del año, solo Ciudad Juárez ha registrado 998 homicidios.
"Lo que hacemos es garantizar que en un futuro podamos acreditar la identidad de estas personas y poder retornarlas a sus seres queridos o bien que sean identificados aquí", dijo Eberth Castañón, de la dirección de servicios periciales y ciencias forenses de la Fiscalía.
"Tenemos el espacio suficiente para albergar a todas las personas que se encuentran depositados como no identificados", subrayó.