MÉXICO.- A Alexander Mora Venancio aún lo espera su pueblo El Pericón, en el municipio de Teconapa, Guerrero, para tener lo más parecido a un funeral.
Al padre del normalista, don Ezequiel, la gente le dijo que le querían hacerle un monumento a su hijo, pero él respondió que hasta que le entregaran los restos.
A cinco años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa eso no ha sucedido. Después de la noticia del 7 de diciembre de 2014 cuando el entonces procurador Jesús Murillo Karam informó sobre la coincidencia genética detectada en un fragmento de hueso por el laboratorio de la Universidad de Innsbruck, Australia, don Ezequiel dejó la normal y regresó a su tierra. “Cuando llegué había mucha gente esperando los restos, pero yo le dije a ellos que no traía nada, sino que era nada más pura noticia de que habían identificado sus restos. Me dijeron los argentinos (el equipo Argentino de antropología forense) que era el único reconocido. “Me dijeron que en 15 días me iban a dar los restos, pero nunca llegaron a la casa.
Luego me pidieron tres semanas y nada, hasta la fecha no he visto nada”, dice el hombre que desde entonces ha enfrentado la muerte de su hijo Irene en un accidente automovilístico y la de su madre Brígida López.
El abogado de los padres y madres de los estudiantes desaparecidos, Vidulfo Rosales Sierra, asegura que el pedazo de muela y de hueso que permitieron la identificación de Alexander fueron prácticamente destruidos en el proceso de extracción nuclear de ADN. “
Tengo dudas. Yo a veces me conformo de que está muerto”, confiesa el padre del normalista que al momento de su desaparición tenía 19 años y era futbolista del equipo Juventus Pericón.
El padre de Alexander nunca ha visto los fragmentos de hueso que fueron elementos claves en la narrativa de la entonces Procuraduría General de la República para esclarecer los ataques del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala. Don Ezequiel hasta la fecha se cuestiona sobre lo ocurrido a Alexander:“No sabemos la realidad, puede ser una siembra que hizo Tomás Zerón allá en el río San Juan, es una vil mentira porque no se ha esclarecido nada”.
La Fiscalía General de la República tiene 114 restos óseos que no ha enviado a la Universidad de Medicina de Innsbruck, en Austria, para su análisis.
mmr