Washington y México.- El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, dio a conocer que México solicitó a Estados Unidos clarificar el anuncio del presidente Donald Trump sobre el envío de fuerzas armadas a la frontera.
A través de Twitter expresó que, una vez que se cuente con dicha información, el gobierno mexicano definirá una postura, “siempre en defensa de nuestra soberanía e interés nacional”.
“México ha solicitado a EU, por los canales oficiales, que clarifique el anuncio de @POTUS sobre el uso del ejército en la frontera. El gobierno de México definirá postura en función de dicha clarificación, y siempre en defensa de nuestra soberanía e interés nacional”, publicó.
El canciller reiteró que la política migratoria del país se ejerce de manera soberana y conforme a derecho, y no a partir de presiones o amenazas externas.
El posicionamiento se dio en respuesta al presidente estadunidense, quien ayer dijo querer a las fuerzas armadas protegiendo la frontera con México hasta que se construya el muro.
Asimismo, en un tuit insistió en que el Tratado de Libre Comercio está en juego, igual que la ayuda extranjera a Honduras y los países que permiten la migración; también exigió al Congreso de su país actuar ya.
Tras recibir en la Casa Blanca a sus homólogos de las tres repúblicas bálticas, Trump anunció sus planes de militarizar la frontera: “Hasta que podamos tener un muro y seguridad adecuada, vamos a estar vigilando nuestra frontera con nuestras fuerzas armadas. Ése es un gran paso”.
Después, en conferencia de prensa, recalcó que se está preparando para que los militares se encarguen de asegurar la frontera entre México y Estados Unidos. “Es algo que tenemos que hacer”.
El presidente se reunió con los secretarios de Defensa, James Mattis; de Seguridad Nacional, Kirsten Nielsen, y el fiscal general, Jeff Sessions, para analizar la militarización de la frontera.
La Casa Blanca aclaró que sería la Guardia Nacional, un cuerpo de reserva de las fuerzas armadas, la encargada de controlar la frontera sur, que actualmente está vigilada por agentes migratorios entrenados específicamente para ello.
Esta idea tiene precedentes: dos predecesores de Trump, George W. Bush en 2006 y Barack Obama en 2010, enviaron a cientos de soldados de la Guardia Nacional para vigilar la frontera en operaciones puntuales.
No obstante, una ley federal estadunidense prohíbe usar a los militares para tareas de seguridad y orden público a escala nacional, por lo que las opciones de Trump son limitadas.
Cuando Bush envió a 6 mil efectivos de la Guardia Nacional a la frontera en 2006, por ejemplo, sus operaciones se limitaron a “ayudar con la vigilancia, instalar vallas y barreras a los vehículos, y proporcionar entrenamiento” a los agentes migratorios y del orden, según se informó entonces.
De acuerdo con analistas, el presidente puede intentar sortear la ley si ordena a los estados que envíen a sus propios contingentes de la Guardia Nacional a la frontera, pero en ese caso serán esos territorios los que asuman los costes de la operación.
El deseo de Trump por enviar militares a la frontera se suma a su intento de sufragar el muro con fondos del Pentágono, un tema del que ya ha hablado con Mattis.
El mandatario lleva tres días enfocado en temas migratorios, después de que su programa de televisión favorito, Fox & Friends, hiciera referencia este domingo a una caravana de cientos de inmigrantes centroamericanos que recorre México en dirección a Estados Unidos.