MÉXICO. - Justo el día que se declaró activada oficialmente la Fase 3 de la pandemia por el nuevo coronavirus en México, Sofía Belmar protestó como presidenta de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Ella es la primera mujer en el cargo y, por añadidura, también es la primera en presidir uno de los siete organismos cúpula del Consejo Coordinación empresarial (CCE).
Este punto a favor de la equidad de género en el país es para echar confeti, pero el momento opaca el logro.
Belmar llega a la silla con el reto más grande para la industria de seguros en toda la historia: “Ni nosotros ni nuestros padres habíamos vivido una pandemia”, mencionó durante su presentación en el cargo.
Esta sentencia resulta cierta no solo para la AMIS en sus 80 años de vida, sino para toda la población del mundo. El alcance de esta emergencia sanitaria se oculta en el horizonte.
El Dato. 99%
de los seguros de gastos médicos mayores del país cubren Covid-19
En la AMIS todavía arrastran el lápiz para determinar los resultados del primer trimestre 2020, explica Recaredo Arias, director ejecutivo del organismo, quien espera que estos datos •que estarán listos la segunda quincena de mayo• arrojen un poco de luz sobre lo que le espera a la industria de seguros en México para el resto del año. Eso sí, “sabemos que será un número negativo”.
Las cifras preliminares son duras: hasta el 16 de abril pasado, se habían reclamado casi 80 millones de pesos como indemnizaciones por el tratamiento de 229 casos de coronavirus en el país, con un promedio de desembolso de 347 mil pesos por evento.
Sin embargo, la gravedad de cada caso y la atención que requieren abarcan un gran rango, tanto que la reclamación más alta hasta esa fecha era cercana a 10 millones de pesos.
Y lo peor aún no llega. Con todo, Sofía Belmar no se preocupa: “estamos preparados técnicamente y tenemos la solvencia para atender a nuestros asegurados y apoyar al gobierno”, dijo en su toma de protesta. El reto que la ocupa es poner en marcha las estrategias necesarias para “aprovechar el momentum que la pandemia inyecta a la sociedad, para extenderlo” y hacer de México un país previsor. Listos para lo que venga Nadie tiene una bola de cristal.
La semana pasada, México entró apenas a esa tercera etapa de la pandemia que marca el punto de contagios comunitarios y acelerados, en la que sin embargo no puede saberse cómo se comportará la curva de transmisiones; ese mismo escenario definirá el futuro de la industria de seguros, respecto a las reclamaciones de indemnización por gastos médicos mayores y seguros de vida.
“Estamos expuestos a cómo evolucione la curva de contagio y cómo impacte la enfermedad a las personas que nos han transferido sus riesgos”, comenta Recaredo Arias. Saben que viene lo peor en materia sanitaria, pero están listos para afrontarlo.
El sector goza de buena salud, con reservas por 3.1 veces el capital requerido por Ley para cumplir sus obligaciones con los usuarios del seguro, en cualquiera de sus modalidades.
Además, sus inversiones como industria significan 5.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, lo que los convierte en el tercer inversionista institucional más importante del país. En contraparte, la baja cultura de previsión en México nos juega en contra.
De acuerdo a cifras al cierre de 2018, apenas 10.6 millones de mexicanos contaba con algún seguro de salud, lo que es apenas 15.6 por ciento de las primas del mercado, una tendencia que parece revertirse solo en los momentos de necesidad.
“En México no hay todavía una política fuerte de obligatoriedad de seguros como en otros países. Sin embargo, en momentos como el terremoto de 2017 o con los huracanes, siempre observamos una mayor sensibilidad de la población para la adquisición de seguros asociados con cada situación”, dice Sofía Belmar.
Hasta hoy no se ha visto un incremento significativo en la compra de coberturas de gastos médicos o de vida.
“Aún es poco para distinguir una tendencia”, dice Belmar, quien ya diseña estrategias para extender la sensibilidad que viven hoy los mexicanos hacia el cuidado de la salud, para impulsar la cultura previsional en el país.
“Es un trabajo que debemos hacer en el sector, debemos buscar mecanismos para hacer los seguros médicos más accesibles a la población, no solo económicamente sino también para facilitar su contratación”.
Por ahora, “estamos observando un incremento en la demanda de seguros de salud”, dice Jesús Martínez Castellanos CEO LATAM Norte y Mapfre México; aunque todavía “es muy pronto para determinarlo, será hasta dentro de tres meses cuando conozcamos el impacto de esta situación, tomando en cuenta la experiencia de la crisis sanitaria que vivimos en 2009 por la influenza (H1N1)”.
Sería lógico esperar que la sensibilidad de los mexicanos ante la pandemia se traduzca en previsión.
El gasto promedio que reportó AMIS, de 347 mil pesos al 16 de abril, fue 40 por ciento superior al estimado 10 días antes en un reporte interno que circuló en los medios, y que marcaba una erogación promedio por atención de Covid-19 de menos de 250 mil pesos. La curva todavía está en ascenso.
Más vale prevenir
La contingencia generada por el virus SARS Cov-2 puso de súbito en la palestra igual la importancia de los seguros médicos y el desconocimiento sobre cómo operan.
En un país de baja cultura previsional como México, nadie parecía saber si las pólizas médicas para gastos mayores cubrían la nueva enfermedad. No era así en lo general.
Un pequeño porcentaje excluía a las pandemias de sus términos y condiciones; sin embargo, al ser un padecimiento naciente, la AMIS tomó cartas en el asunto y llegó a acuerdos con la autoridad que regula a sus socios, para modificar la situación.
Hoy, 99 por ciento de las pólizas de este tipo de seguros cubren a sus asegurados por Covid-19.
“Casi todas cubren el nuevo coronavirus, aunque no expresamente porque no se manejan los padecimientos específicos, sino cualquier enfermedad que tengas durante la vigencia de la póliza y no esté excluida”, explica Eloy López, director de previsionfinanciera.com.
Luego llegó la segunda duda: ¿A partir de cuándo? Normalmente, estas pólizas tienen cobertura de accidentes a partir del día uno y de padecimientos varios a partir del día 31 después de haber sido contratadas, dice López.
Algunas compañías como GNP, Axa o Monterrey New York Life reaccionaron a la preocupación de sus asegurados y decidieron eliminar ese periodo de espera para este padecimiento en específico.
“Es decir, si hoy no tienes una póliza es un buen momento para contratarla porque estás cubierto a partir de mañana”, menciona Eloy lópez, con amplia experiencia como asesor previsional.
Pero el cambio en el clausulado no fue impulsado por la expectativa de crecimiento en ventas, “sino a lo que es justo”, dice Germán Aguado Vanegas, director de Gastos Médicos, Autos y Daños de GNP.
“El concepto del periodo de espera en este tipo de seguros responde a que podría tratarse de una preexistencia, pero todos sabemos que la enfermedad Covid-19 es nueva y su diagnóstico se da con una prueba evidente. Así que la cláusula de periodo de espera no cumple su objetivo”.
Dueño de 30 por ciento del mercado de GMM en el país, GNP Seguros había pagado hasta el 15 de abril 38 millones de pesos por casos de Covid-19, en un rango de indemnizaciones de entre 100,000 y 1 millón de pesos por evento.
“La contingencia es volátil, pero hemos realizado análisis y la proyección más reciente estima reclamaciones por 240 millones de pesos” para lo que resta de 2020, dice Germán Aguado.
Al cierre de marzo, GNP tuvo un incremento de 50 por ciento en ventas de seguros de Gastos Médicos Mayores (SGMM) contra el mes previo.
El ajuste a su clausulado se dio a principios de abril y la compañía lo hizo retroactivo al 1 de marzo, “lo que permite que esos nuevos clientes que adquirieron su póliza cualquier día de marzo estén cubiertos desde el primer día”, señala Aguado Vanegas.
GNP espera que las contrataciones de GMM se incrementen y basa sus expectativas de crecimiento en la creciente conciencia del riesgo por parte de la población.
“Ahora más que nunca hay una sensibilidad general sobre lo vulnerable que es la salud”, puntualiza.
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MÉXICO. - Justo el día que se declaró activada oficialmente la Fase 3 de la pandemia por el nuevo coronavirus en México, Sofía Belmar protestó como presidenta de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Ella es la primera mujer en el cargo y, por añadidura, también es la primera en presidir uno de los siete organismos cúpula del Consejo Coordinación empresarial (CCE).
Este punto a favor de la equidad de género en el país es para echar confeti, pero el momento opaca el logro.
Belmar llega a la silla con el reto más grande para la industria de seguros en toda la historia: “Ni nosotros ni nuestros padres habíamos vivido una pandemia”, mencionó durante su presentación en el cargo.
Esta sentencia resulta cierta no solo para la AMIS en sus 80 años de vida, sino para toda la población del mundo. El alcance de esta emergencia sanitaria se oculta en el horizonte.
El Dato. 99%
de los seguros de gastos médicos mayores del país cubren Covid-19
En la AMIS todavía arrastran el lápiz para determinar los resultados del primer trimestre 2020, explica Recaredo Arias, director ejecutivo del organismo, quien espera que estos datos •que estarán listos la segunda quincena de mayo• arrojen un poco de luz sobre lo que le espera a la industria de seguros en México para el resto del año. Eso sí, “sabemos que será un número negativo”.
Las cifras preliminares son duras: hasta el 16 de abril pasado, se habían reclamado casi 80 millones de pesos como indemnizaciones por el tratamiento de 229 casos de coronavirus en el país, con un promedio de desembolso de 347 mil pesos por evento.
Sin embargo, la gravedad de cada caso y la atención que requieren abarcan un gran rango, tanto que la reclamación más alta hasta esa fecha era cercana a 10 millones de pesos.
Y lo peor aún no llega. Con todo, Sofía Belmar no se preocupa: “estamos preparados técnicamente y tenemos la solvencia para atender a nuestros asegurados y apoyar al gobierno”, dijo en su toma de protesta. El reto que la ocupa es poner en marcha las estrategias necesarias para “aprovechar el momentum que la pandemia inyecta a la sociedad, para extenderlo” y hacer de México un país previsor. Listos para lo que venga Nadie tiene una bola de cristal.
La semana pasada, México entró apenas a esa tercera etapa de la pandemia que marca el punto de contagios comunitarios y acelerados, en la que sin embargo no puede saberse cómo se comportará la curva de transmisiones; ese mismo escenario definirá el futuro de la industria de seguros, respecto a las reclamaciones de indemnización por gastos médicos mayores y seguros de vida.
“Estamos expuestos a cómo evolucione la curva de contagio y cómo impacte la enfermedad a las personas que nos han transferido sus riesgos”, comenta Recaredo Arias. Saben que viene lo peor en materia sanitaria, pero están listos para afrontarlo.
El sector goza de buena salud, con reservas por 3.1 veces el capital requerido por Ley para cumplir sus obligaciones con los usuarios del seguro, en cualquiera de sus modalidades.
Además, sus inversiones como industria significan 5.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, lo que los convierte en el tercer inversionista institucional más importante del país. En contraparte, la baja cultura de previsión en México nos juega en contra.
De acuerdo a cifras al cierre de 2018, apenas 10.6 millones de mexicanos contaba con algún seguro de salud, lo que es apenas 15.6 por ciento de las primas del mercado, una tendencia que parece revertirse solo en los momentos de necesidad.
“En México no hay todavía una política fuerte de obligatoriedad de seguros como en otros países. Sin embargo, en momentos como el terremoto de 2017 o con los huracanes, siempre observamos una mayor sensibilidad de la población para la adquisición de seguros asociados con cada situación”, dice Sofía Belmar.
Hasta hoy no se ha visto un incremento significativo en la compra de coberturas de gastos médicos o de vida.
“Aún es poco para distinguir una tendencia”, dice Belmar, quien ya diseña estrategias para extender la sensibilidad que viven hoy los mexicanos hacia el cuidado de la salud, para impulsar la cultura previsional en el país.
“Es un trabajo que debemos hacer en el sector, debemos buscar mecanismos para hacer los seguros médicos más accesibles a la población, no solo económicamente sino también para facilitar su contratación”.
Por ahora, “estamos observando un incremento en la demanda de seguros de salud”, dice Jesús Martínez Castellanos CEO LATAM Norte y Mapfre México; aunque todavía “es muy pronto para determinarlo, será hasta dentro de tres meses cuando conozcamos el impacto de esta situación, tomando en cuenta la experiencia de la crisis sanitaria que vivimos en 2009 por la influenza (H1N1)”.
Sería lógico esperar que la sensibilidad de los mexicanos ante la pandemia se traduzca en previsión.
El gasto promedio que reportó AMIS, de 347 mil pesos al 16 de abril, fue 40 por ciento superior al estimado 10 días antes en un reporte interno que circuló en los medios, y que marcaba una erogación promedio por atención de Covid-19 de menos de 250 mil pesos. La curva todavía está en ascenso.
Más vale prevenir
La contingencia generada por el virus SARS Cov-2 puso de súbito en la palestra igual la importancia de los seguros médicos y el desconocimiento sobre cómo operan.
En un país de baja cultura previsional como México, nadie parecía saber si las pólizas médicas para gastos mayores cubrían la nueva enfermedad. No era así en lo general.
Un pequeño porcentaje excluía a las pandemias de sus términos y condiciones; sin embargo, al ser un padecimiento naciente, la AMIS tomó cartas en el asunto y llegó a acuerdos con la autoridad que regula a sus socios, para modificar la situación.
Hoy, 99 por ciento de las pólizas de este tipo de seguros cubren a sus asegurados por Covid-19.
“Casi todas cubren el nuevo coronavirus, aunque no expresamente porque no se manejan los padecimientos específicos, sino cualquier enfermedad que tengas durante la vigencia de la póliza y no esté excluida”, explica Eloy López, director de previsionfinanciera.com.
Luego llegó la segunda duda: ¿A partir de cuándo? Normalmente, estas pólizas tienen cobertura de accidentes a partir del día uno y de padecimientos varios a partir del día 31 después de haber sido contratadas, dice López.
Algunas compañías como GNP, Axa o Monterrey New York Life reaccionaron a la preocupación de sus asegurados y decidieron eliminar ese periodo de espera para este padecimiento en específico.
“Es decir, si hoy no tienes una póliza es un buen momento para contratarla porque estás cubierto a partir de mañana”, menciona Eloy lópez, con amplia experiencia como asesor previsional.
Pero el cambio en el clausulado no fue impulsado por la expectativa de crecimiento en ventas, “sino a lo que es justo”, dice Germán Aguado Vanegas, director de Gastos Médicos, Autos y Daños de GNP.
“El concepto del periodo de espera en este tipo de seguros responde a que podría tratarse de una preexistencia, pero todos sabemos que la enfermedad Covid-19 es nueva y su diagnóstico se da con una prueba evidente. Así que la cláusula de periodo de espera no cumple su objetivo”.
Dueño de 30 por ciento del mercado de GMM en el país, GNP Seguros había pagado hasta el 15 de abril 38 millones de pesos por casos de Covid-19, en un rango de indemnizaciones de entre 100,000 y 1 millón de pesos por evento.
“La contingencia es volátil, pero hemos realizado análisis y la proyección más reciente estima reclamaciones por 240 millones de pesos” para lo que resta de 2020, dice Germán Aguado.
Al cierre de marzo, GNP tuvo un incremento de 50 por ciento en ventas de seguros de Gastos Médicos Mayores (SGMM) contra el mes previo.
El ajuste a su clausulado se dio a principios de abril y la compañía lo hizo retroactivo al 1 de marzo, “lo que permite que esos nuevos clientes que adquirieron su póliza cualquier día de marzo estén cubiertos desde el primer día”, señala Aguado Vanegas.
GNP espera que las contrataciones de GMM se incrementen y basa sus expectativas de crecimiento en la creciente conciencia del riesgo por parte de la población.
“Ahora más que nunca hay una sensibilidad general sobre lo vulnerable que es la salud”, puntualiza.
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