CIUDAD DE MÉXICO. - Francisco I. Madero, una de las figuras más emblemáticas de la Revolución Mexicana e icono contra la reelección en México, escondía un lado romántico, el cual quedó expuesto en dos cartas que fueron vendidas en una subasta en la Ciudad de México por 36 mil pesos a un coleccionista privado.
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La primera carta, escrita en seis páginas membretadas y con fecha 6 de diciembre de 1902, Madero con 29 años de edad, le cuenta a su “amada Sarita” que tras no recibir su carta se sintió “un poco inquieto”, además le muestra su molestia por los malos tratos que ella recibe por parte de una tía, la cual señala “se aprovecha y no tiene en consideración que te perjudica en tu condición”.
En la segunda carta, le cuenta a su novia “Sarita” como cariñosamente le llama, varias actividades que debera realizar, sin embargo, lo más sobresaliente es la parte en la que le dice que espera con ansias el día que tienen pactado encontrarse y que asegura “será tan feliz para nosotros”.
En una puja especial, el precio de salida fue de menos de 700 dólares y se estimaba que se pagaran unos mil dólares. Al final, cuando el precio de martillo duplicó el valor estimado, un comprador se hizo con las cartas. El precio final, con impuestos y la comisión de la casa, superó los 41 mil pesos.
PGG
CIUDAD DE MÉXICO. - Francisco I. Madero, una de las figuras más emblemáticas de la Revolución Mexicana e icono contra la reelección en México, escondía un lado romántico, el cual quedó expuesto en dos cartas que fueron vendidas en una subasta en la Ciudad de México por 36 mil pesos a un coleccionista privado.
La primera carta, escrita en seis páginas membretadas y con fecha 6 de diciembre de 1902, Madero con 29 años de edad, le cuenta a su “amada Sarita” que tras no recibir su carta se sintió “un poco inquieto”, además le muestra su molestia por los malos tratos que ella recibe por parte de una tía, la cual señala “se aprovecha y no tiene en consideración que te perjudica en tu condición”.
En la segunda carta, le cuenta a su novia “Sarita” como cariñosamente le llama, varias actividades que debera realizar, sin embargo, lo más sobresaliente es la parte en la que le dice que espera con ansias el día que tienen pactado encontrarse y que asegura “será tan feliz para nosotros”.
En una puja especial, el precio de salida fue de menos de 700 dólares y se estimaba que se pagaran unos mil dólares. Al final, cuando el precio de martillo duplicó el valor estimado, un comprador se hizo con las cartas. El precio final, con impuestos y la comisión de la casa, superó los 41 mil pesos.