Durango. Después que los tianguis y tiraderos fueran clausurados por el brote de Covid-19 en la entidad, la familia Alvares ha tenido que desprenderse de su patrimonio para poder alimentar a sus hijos.
Al decretar el cierre total de los tianguis, la familia Alvares tuvo que desprenderse de bienes que eran necesarios para ejercer su oficio, ya que los ingresos comenzaron a escasear y las bocas empezaron a exigir el alimento de costumbre.
Tratando de obtener dinero a como diera lugar, la figura paterna del hogar, así como los menores comenzaron a buscar trabajo desempeñando cualquier labor, desafortunadamente el único que obtuvo resultados positivos fue el padre en una ladrillera de la colonia San Carlos.
La labor que realizaron las autoridades para disminuir el riesgo de contagio en la capital fue aplaudida por muchos duranguenses, sin embargo, para los comerciantes como Aurelia, esto significó una pérdida que no ha podido ser aquilatada ante ningún esfuerzo, es por esto que piden a los mandatarios visitar su colonia como si fuera época de elecciones, para por lo menos, poder obtener una despensa que les ayude a sobre llevar la hambruna de su familia.
La implementación de las clases en casa ha sido otro detrimento para la familia Alvares, ya que, al tener que cuidar a los menores las 24 horas del día en el hogar, la oportunidad de salir a buscar trabajo o cualquier forma de ingreso ha sido limitada.
La invitación de la familia Alvares se emite encarecidamente para poder implementar una estrategia que permita poner un plato sobre la mesa para aquellos duranguenses que quedaron desempleados durante la pandemia del Covid-19.