La discriminación hacia la comunidad LGBTTTTIQ+ es una realidad que predomina ampliamente en México, situación que lo ha posicionado como primer lugar a nivel mundial en crímenes por homofobia, así lo mencionaron Greta Estefanía Ángel, coordinadora de Proyectos de Educación de la Procuraduría de Derechos Humanos del estado de Guanajuato y la Dra. Teodora Hurtado, Investigadora del departamento de Estudios Sociales de la Universidad de Guanajuato.
Estas expertas explicaron durante el programa "Cambios" de Multimedios, que factores como la estructura social cimentada desde la educación escolar y en casa, además de las barreras ideológicas que nos distancian como seres humanos, no permiten que toda la sociedad reconozca como semejantes a quienes tienen una preferencia sexual distinta.
Situación que la Procuraduría de Derechos Humanos actualmente trata de mitigar a través de la capacitación de personal y de la sociedad civil en esta materia.
Dijeron que igual que en el resto del país, Guanajuato tiene cifras alarmantes en incidencia delictiva por cuestiones de ideología sexual, por lo que personas homosexuales, transexuales, transgénero, intersexuales y de otras identidades sexuales, sufren constantemente de discriminación, y por consecuente su calidad de vida disminuye.
Expusieron que por tal razón, la esperanza de vida heterosexual en Latinoamérica es de 76 años , mientras que para una persona Trans es de tan solo 35 años.
Durante el 2019, en la PDHEG se ha capacitado a 2 mil 5 personas entre servidores públicos y sociedad civil, a través de actividades y herramientas que les permiten comprender y tratar a las personas de la comunidad LGBTTTIQ+ sin violentar sus derechos. También se han realizado algunos foros Trans en municipios como Silao o Irapuato, donde se escuchado las necesidades y demandas de este sector de la población.
Gretta Estefanía Ángel compartió que el proceso de capacitación con un servidor público lleva una continuidad hasta llegar al punto que la situación sea digerible para él, pues en casos donde llegan a sus manos expedientes clínicos donde el nombre legal no coincide con la expresión de género del paciente, ahí sabrán manejar la situación preguntándole al otro cuál es la manera en que le gustaría que se llamara.
¿Por qué en México sucede este fenómeno?
La doctora Hurtado argumentó que en México se ha vivido durante siglos bajo una hegemonía donde la heterosexualidad domina, pues es como se ha construido ideológicamente el mundo. Esto ha llevado a que la discriminación sea una conducta normalizada y aceptada en la sociedad, pues sus raíces portadoras de prejuicios, estereotipos y estigmas son demasiado profundas.
Mencionó que además a través de los medios masivos de comunicación y los métodos de crianza es que las personas han consumido ideologías patriarcales y machistas, las cuales lamentablemente caracterizan frente a otros países a la sociedad mexicana.
Incluso desde el sector escolar, puesto hasta en el nivel superior hay discriminación por parte de alumnos, docentes y autoridades hacia esta comunidad. En ocasiones a las personas trans no se les permite entrar al baño ni de hombres ni de mujeres, lo cual supone superar adversidades en la vida diaria.
¿Cómo revertir esta ideología?
El problema inicia desde mucho tiempo atrás, donde se definía a estas orientaciones sexuales como una aberración, condición o problema mental, situación que desde 1979 se erradicó por parte de la Asociación Americana de Psicología y en 2018 por la Organización Mundial de la Salud, cuando retiró de su lista de enfermedades mentales a la disforia de género (como se le conocía antes a las personas trans).
De acuerdo a este acontecimiento, se han expuesto evidencias científicas que demuestran la normalidad de las distintas identidades sexuales, pero es el sesgo cultural de arraigo a solo el sexo masculino y el femenino es el que no permite reconocer al otro como alguien con pleno acceso a derechos.
La solución trata del fomento de una ideología de tolerancia, la cual llevará a una sociedad más empática, la cual deberá aceptar que el hecho de que alguien tenga preferencias distintas a las que nos han enseñado, todos tenemos los mismos derechos y obligaciones ante la ley por nuestra principal característica en común, que somos humanos.