Este 27 de junio el servicio de transporte privado Uber llegó a Puerto Vallarta y tal como ha ocurrido en otras ciudades, los taxistas de este destino turístico han intentado frenar el servicio intimidando a los chóferes de la plataforma.
Los sindicatos de Choferes Autotransportistas y el de Permisionarios de Taxistas de Puerto Vallarta, ambos pertenecientes a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), argumentan que la plataforma no tiene la autorización para operar en el municipio por no cumplir con los requerimientos marcados en la Ley de Movilidad de Jalisco.
Sin embargo, en mayo pasado, Uber obtuvo una suspensión definitiva respecto de ciertas disposiciones de dicha ley, por lo que la Secretaría de Movilidad (Semov) del estado no puede impedir su funcionamiento y los conductores no pueden ser detenidos.
Dese el pasado 13 de junio los taxistas de Puerto Vallarta amenazaron con bloqueos y manifestaciones si la plataforma llegaba al destino. Ayer cumplieron con sus advertencias y de acuerdo con usuarios de redes sociales, los taxistas ya empezaron a intimidar a los choferes de Uber persiguiéndolos y cercándolos para que no puedan prestar el servicio.
El diputado por Movimiento Ciudadano, Ramón Guerrero, quien también fuera presidente municipal de Puerto Vallarta, ha insistido en varias ocasiones en que la llegada de este servicio afectará económicamente a las familias del municipio y de su área metropolitana.
En un comunicado, el legislador urgió hoy al gobernador Aristóteles Sandoval Díaz, para que a través de la Secretaria de Movilidad, se detenga la operación de Uber el destino turístico.
“Uber no ha cumplido a cabalidad con los requerimientos para su operación en la entidad. Es urgente que la Secretaría de Movilidad, que encabeza Servando Sepúlveda Enriquez, detenga su operación en Puerto Vallarta, pues es ilegal y atenta contra los principios de competitividad en el servicio particular de transporte”, argumentó.
Guerrero asegura que la plataforma de transporte privado “pretende ganar adeptos con publicidad engañosa al desprestigiar tanto a las tarifas como a quienes ofrecen el servicio conocido como los taxis amarillos”.