Un equipo de investigación, dirigido por la Universidad de Birmingham y la Universidad de Keele en el Reino Unido y el Instituto Científico San Raffaele en Italia, ha demostrado que el fenofibrato y su forma activa (ácido fenofíbrico) pueden reducir significativamente la infección por SARS-COV-2 en células humanas en el laboratorio.
Las universidades destacan que la reducción de la infección se obtuvo al usar concentraciones del fármaco que son seguras y alcanzables utilizando la dosis clínica estándar de fenofibrato.
El fenofibrato está aprobado para su uso en la mayoría de los países del mundo, incluida la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos y el Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención del Reino Unido. Es un medicamento oral que se usa actualmente para tratar afecciones como niveles altos de colesterol y lípidos o sustancias grasas en la sangre.
El equipo ahora está solicitando ensayos clínicos para probar el fármaco en pacientes hospitalizados con covid-19, además tiene dos ensayos clínicos que se están llevando a cabo actualmente en dichos pacientes en una investigación dirigida por el Hospital de la Universidad de Pensilvania en los Estados Unidos y la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel.
El SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, infecta al huésped a través de una interacción entre la proteína Spike en la superficie del virus y la proteína del receptor ACE2 en las células del huésped. En este estudio el equipo probó un panel de medicamentos ya autorizados, incluido el fenofibrato, para identificar candidatos que interrumpen las interacciones ACE2 y Spike. Habiendo identificado el fenofibrato como candidato, luego probaron la eficacia del fármaco para reducir la infección en las células en el laboratorio utilizando las cepas originales del virus SARS-CoV-2 aisladas en 2020.
Encontraron que el fenofibrato redujo la infección hasta en un 70 por ciento. Los datos adicionales no publicados también indican que el fenofibrato es igualmente eficaz contra las variantes más nuevas de SARS-CoV-2, incluidas las variantes alfa y beta, y se está investigando su eficacia en la variante delta.
El autor correspondiente es el Dr. Farhat Khanim, de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido y explicó: “El desarrollo de nuevas variantes más infecciosas del SARS-CoV-2 ha resultado en una rápida expansión de las tasas de infección y muertes en varios países del mundo, especialmente en Reino Unido, Estados Unidos y Europa. Si bien es de esperar que los programas de vacunas reduzcan las tasas de infección y la propagación del virus a largo plazo, todavía existe una necesidad urgente de ampliar nuestro arsenal de medicamentos para tratar a los pacientes con SARS-CoV-2 positivos".
Otros de los coautores del estudio son el Dr. Alan Richardson, de la Universidad de Keele en el Reino Unido, la Dra. Elisa Vicenzi, del Instituto Científico San Raffaele en Milán de Italia, y el primer autor, el Dr. Scott Davies, también de la Universidad de Birmingham quien concluyó que se requieren estudios clínicos para establecer si el fenofibrato es un agente terapéutico potencial para tratar la infección por SARS-CoV-2. La investigación fue publicada en Frontiers in Pharmacology, y se llevó a cabo en colaboración con la Universidad de Copenhague en Dinamarca y la Universidad de Liverpool en el Reino Unido.
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