MÉXICO.- Familiares y amigos despiden en Xalatlaco, Estado de México a Gabriela Gómez, la joven de 26 años que murió tras el atentado contra el secretario de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, Omar Garcia Harfuch, el 26 de junio en calles de Lomas de Chapultepec.
En su domicilio, ubicado en la comunidad de Potrero, su esposo José, sus dos hijas, su padre y hermanos realizaron una ceremonia religiosa cristiana para darle el último adiós.
Mujeres con velo, hombres con panderos, y niños con biblia en mano corean cantos religiosos con los que piden redención para la joven: “Más allá del sol, más allá del sol, yo tengo un hogar, donde he de llegar, más allá del sol”.
También hay amigos, vecinos, policías municipales y hasta personal de protección civil encargados de entregar cubrebocas y gel antibacterial para todos aquellos que se acercan a dar el pésame a la familia Gómez. José, el joven viudo viste un traje color negro.
No habla con nadie, solo canta y extienden su mano derecha hacia mientras sujeta una biblia. En la otra mano, su hermana le da soporte para que no se caiga. La señora también le limpia la frente, las lágrimas y la nariz.
En el lugar hay al menos 60 personas, pero la voz que más se oye mientras cantan es la de él: “Hay palabras que no alcanzan para decirte cuánto te amo".
En las paredes de la casa, las hermanas de la mujer pegaron cartulinas con versículos religiosos que leen sus “hermanos de iglesia”.
Para esta despedida la familia montó bancas, sillas y un pequeño escenario desde donde el coro de la iglesia entona cánticos en todo momento. Aquí también Mónica y Johana, de 9 y 4 años; las hijas de Gabriela. La más pequeña no entiende qué pasa, pero la mayor no deja de llorar.
Los crisantemos, rosas, claveles, gladiolas y lirios, en color blanco adornan la casa de una planta y piso de tierra en el que se ora por Gabriela.
Durante las palabras de despedida toda la familia ora por la resignación de José y exigen que alguien intervenga para que las autoridades no dejen sola a la familia.
Gaby, como la llamaban de cariño, murió de un balazo en la cabeza, mientras viajaba con su esposo, hermana y cuñada en su auto.Iban de hacia sus puestos de quesadillas en el Metro Auditorio. La bala provenía de presuntos sicarios del cártel Jalisco Nueva Generación, quienes emboscaron e intentaron asesinar al jefe de la policía capitalina.
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MÉXICO.- Familiares y amigos despiden en Xalatlaco, Estado de México a Gabriela Gómez, la joven de 26 años que murió tras el atentado contra el secretario de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, Omar Garcia Harfuch, el 26 de junio en calles de Lomas de Chapultepec.
En su domicilio, ubicado en la comunidad de Potrero, su esposo José, sus dos hijas, su padre y hermanos realizaron una ceremonia religiosa cristiana para darle el último adiós.
Mujeres con velo, hombres con panderos, y niños con biblia en mano corean cantos religiosos con los que piden redención para la joven: “Más allá del sol, más allá del sol, yo tengo un hogar, donde he de llegar, más allá del sol”.
También hay amigos, vecinos, policías municipales y hasta personal de protección civil encargados de entregar cubrebocas y gel antibacterial para todos aquellos que se acercan a dar el pésame a la familia Gómez. José, el joven viudo viste un traje color negro.
No habla con nadie, solo canta y extienden su mano derecha hacia mientras sujeta una biblia. En la otra mano, su hermana le da soporte para que no se caiga. La señora también le limpia la frente, las lágrimas y la nariz.
En el lugar hay al menos 60 personas, pero la voz que más se oye mientras cantan es la de él: “Hay palabras que no alcanzan para decirte cuánto te amo".
En las paredes de la casa, las hermanas de la mujer pegaron cartulinas con versículos religiosos que leen sus “hermanos de iglesia”.
Para esta despedida la familia montó bancas, sillas y un pequeño escenario desde donde el coro de la iglesia entona cánticos en todo momento. Aquí también Mónica y Johana, de 9 y 4 años; las hijas de Gabriela. La más pequeña no entiende qué pasa, pero la mayor no deja de llorar.
Los crisantemos, rosas, claveles, gladiolas y lirios, en color blanco adornan la casa de una planta y piso de tierra en el que se ora por Gabriela.
Durante las palabras de despedida toda la familia ora por la resignación de José y exigen que alguien intervenga para que las autoridades no dejen sola a la familia.
Gaby, como la llamaban de cariño, murió de un balazo en la cabeza, mientras viajaba con su esposo, hermana y cuñada en su auto.Iban de hacia sus puestos de quesadillas en el Metro Auditorio. La bala provenía de presuntos sicarios del cártel Jalisco Nueva Generación, quienes emboscaron e intentaron asesinar al jefe de la policía capitalina.
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