GUADALUPE.- Lo que el Covid-19 no logró con la señora Guadalupe Romero Colunga, casi lo logra un comerciante, que le vendió a su hija oxígeno industrial como si fuera medicinal.
De milagro no murió le dijeron los médicos a la hija, Guadalupe Leyton Romero.
Cuando la señora, de 60 años de edad, enfermo del coronavirus, sus hijos decidieron atenderla en casa para evitar la saturación en los hospitales, y se dieron a la tarea de conseguir oxígeno para ayudarla a respirar.
Por Facebook encontraron a una persona en la colonia Río, de Guadalupe que les vendió los tanques con el elemento químico.
Fue cuando acudieron a un negocio certificado, para recargar los tanques, que el encargado les notificó habían sido criminalmente defraudados.
Aunque en esencia ambos son oxígeno, el de uso industrial se usa como combustible y de aplicarse como medicinal puede causar daño a los pulmones, por la presión, y provoca oxidación excesiva en las células y neuronas.
mvls