El especialista en el tema y director del Museo de Arte Popular (MAP) definió a esos pueblos que conservan sus vestimentas tradicionales como “unos magos” por la forma en que fusionan la iconografía y todo este simbolismo que conservan sus culturas.
Para la confección de esos retablos, ventanas a las culturas originarias, explicó en primer lugar se debe destacar que México posee una enorme cantidad de pigmentos naturales que dan una gran paleta de colores para el trabajo artesanal en los textiles.
Recordó que el oficio de tinturero que tuvo mucha importancia en la época prehispánica, y que en el mismo status se ha mantenido hasta la actualidad gracias a esta gama de tonos.
Además, existe también una enorme variedad de materias primas en la cual se puede aplicar esa paleta, de la que resaltó el llamado algodón prehispánico, obtenido de la especie autóctona Gossypium Hirsutum, perteneciente a la familia de las malvaceae.