ARAMBERRI.- De la noche a la mañana la comunidad de El Yerbaniz, en Aramberri, Nuevo León, salió del anonimato.
La escuela rural de dicho poblado recibió ocho cachitos de parte de la fundación "Delia Morán Vidanta" para la rifa del avión presidencial.
Cabe destacar que esta institución adquirió 400 mil cachitos, que fueron repartidos a 50 mil escuelas marginadas en todo el país, construidas mediante el programa "La Escuela es Nuestra".
La noticia corrió como reguero de pólvora.
"Muy contenta, porque es un bien para ellos, para su escuela y su comunidad", comentó la señora María Luisa, quien atiende un hotel en Aramberri.
"Pues (estamos) orgullosos de que aquí haya caído el premio mayor. Muy bien. Para mejorar la escuela y otras escuelas, y también que les paguen mejor a todas las muchachas que trabajan allí en el CONAFE", dijo Octavio Gamboa, habitante de la cabecera municipal.
El plantel "Gustavo Díaz Ordaz" educa a 7 niños en preescolar, y a 5 en primaria.
Este caserío lo componen 16 familias, unas 60 personas, cuya actividad principal es el cultivo de maíz y frijol.
No hay agua entubada: los habitantes se abastecen de pequeños ojos de agua. Aunque hay energía eléctrica, casi nadie tiene televisión, y tampoco hay teléfonos fijos o celulares.
La comunidad de El Yerbaniz se localiza a casi 40 kilómetros de la cabecera municipal de Aramberri, en la zona serrana, a través de un camino sinuoso de difícil acceso.
Hasta el pasado 18 de marzo, cuando se activó la alerta sanitaria, y desde hace décadas, la escuelita operó, impulsada por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), en una pequeña choza.
"Deje le abro aquí. Este cuartito tiene 65 años. Esta es el área. Aquí está el pizarrón a mis espaldas. Aquí estuvieron los maestros dando clases. Aquí estaban las mesitas, nomás que las cambiaron a otro lugar... Las mesas...", expresó el juez auxiliar, Francisco Javier Reyna.
En tiempos muy recientes las cosas cambiaron, gracias al apoyo recibido a través de programas del Gobierno Federal.
Hace justo una semana, los habitantes de esta comunidad terminaron de construir totalmente dos pequeños salones junto con sus baños después de tres meses de labores.
Los pobladores de El Yerbaniz saben que 20 millones son muchos para una escuela que atiende a 12 niños.
"Se puede hacer... A parte de la escuela, se pueden hacer otras cosas. Bueno, ese es mi pensamiento, ¿verdad? Algunas cosas como (mejorar) el camino... Ya se pondría uno de acuerdo aquí en el rancho. Vamos a hacer acá... allá... cercas y... bueno", reiteró el jefe comunal.
Los más contentos son los propios estudiantes, como la pequeña Azucena Reyna, de quinto año.
-¿Qué supiste?
-Que la escuela había salido premiada con 20 millones.
-¿Es mucho o poquito ese dinero?
-Es mucho.
También su hermanita Verónica Reyna, quien cursa segundo de primaria.
"Le van a poner muchas cosas y va a estar muy bonita. Me siento muy feliz de que haya entrado de nuevo mi escuela".
Por ahora nadie en aquella región de la sierra sabe cómo y quiénes administrarán los recursos.
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