CIUDAD DE MÉXICO.- "Lleve su gorra, su camisa, como la del Checo" esa es la arenga de los vendedores de souvenirs a las afueras del Autódromo Hermanos Rodríguez, durante la clasificación del Gran Premio de México, que por primera vez se realiza después de la pandemia de covid-19.
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Los accesorios alusivos a la escudería Red Bull, que abandera al velocista mexicano Checo Pérez, son las más socorridas, a pesar del alto costo en las que se encuentran, desde 700 pesos las camisas y 500 las gorras.
El rugir de los autos de lujo de los asistentes afuera del Autódromo Hermanos Rodríguez dejaron a más de uno son aliento. El negro de un Lamborghini se reflejó en el azul de los ojos de uno de los asistentes que perplejo veía como arrancaba el vehículo de lujo con dirección al campo de fútbol empastado, que por un fin se semana fungió como estacionamiento.
La constante y el gran problema fue encontrar un lugar donde estacionarse, ya que, si no habían contratado un espacio en los lugares oficiales, tenían que aventurarse con los estacionamientos privados que cobraban 500 pesos el día o bien, con los franeleros que cobraban 250 por estacionar los autos en la vía pública.
Por otro lado, la constante a las afueras del Autódromo fueron los autos que ofrecen transporte privado a través de plataformas, pero muchos aficionados al automovilismo prefirieron usar el Metro, por lo que la estación Ciudad Deportiva se pintó de azul marino como el uniforme del Checo Pérez.
Los que también brindaron servicio fueron los camiones que recorrían el circuito del Autódromo para llevar a los asistentes a la puerta de acceso a sus gradas, pues muchas personas se perdieron por un momento, al no saber por cuál puerta tenían que entrar.
Al entrar al recinto deportivo, los trabajadores privados del Autódromo, así como personal del gobierno capitalino y efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana apoyaron para hacer más ágil la entrada de los asistentes y el paso obligatorio del filtro sanitario.
Pese a las filas, los asistentes no perdieron jamás el ánimo de por fin celebrar el Gran Premio de México después de una obscura pandemia que sin duda cobro la vida de muchos aficionados a la velocidad.
Para Rafael Parra, ingeniero de profesión oriundo de Chihuahua la baja en contagios de covid-19 es un motivo de fiesta "estamos todos los mexicanos muy contentos de que la pandemia se ha controlado y venimos al gran evento de la fórmula 1" dijo.
Para los cientos de mexicanos provenientes de diversos estados, para turistas que vinieron exclusivamente al Gran Prix, la clasificación fue una fiesta deportiva muy esperada.
Así, entre sombreros de charro, banderas de México, uniformes del Checo Pérez, mascarillas y filtros sanitarios, se llevó a cabo la clasificación del Gran Premio de México.
ZNR