Mario Aburto, asesino confeso de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial en 1994 por el PRI, estuvo a un voto de volver a ser libre. Pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó desechar el amparo con el que el magnicida pudo recobrar su libertad tras 30 años en prisión.
Hace meses, Aburto Martínez fue amparado por un Tribunal Federal, que identificó varias irregularidades en su caso: el magnicida acusó haber sido torturado por las autoridades y se le sentenció con base en el Código Penal Federal y no en el de Baja California, cuya pena máxima por el crimen que cometió era de 30 años.
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Sin embargo, la SCJN determinó desechar el amparo que hubiese permitido la libertad de Mario Aburto, quien deberá de esperar 15 años más para cumplir la sentencia de 45 años que se le dictó en 1995, cuando se le encontró culpable de asesinar a Colosio Murrieta en el mitin de Lomas Taurinas, Tijuana.
Desde la tarde del 23 de marzo de 1994, el asesinato de Colosio despertó dudas, especulaciones y teorías: ¿cambiaron a Mario Aburto por otra persona?, ¿el gobierno mexicano estuvo involucrado? Y una que levantó varias líneas de investigación ¿hubo un segundo tirador?
¿Quién es el segundo tirador en el caso Colosio?
Lo que es un hecho y se ha confirmado del asesinato de Colosio es que, tras concluir con su discurso en un templete improvisado, el candidato comenzó a caminar entre los simpatizantes ahí reunidos hacia su camioneta, que lo llevaría a otro evento.
Luego de avanzar unos 13 metros entre la multitud, un revolver Taurus calibre .38 se le puso al candidato detrás de la oreja y le dispararon. Colosio se desplomó y, en algún momento tras el primer balazo, recibió un segundo impacto de arma de fuego en el estómago.
En el lugar sólo se habría detenido a Mario Aburto, quien esa misma noche fue interrogado por haberle disparado a Colosio en la cabeza. Pero ¿quién le disparó al candidato en el estómago? La Fiscalía General de la República (FGR) aseguró que el responsable era un hombre identificado como Jorge Antonio.
De acuerdo con la versión de la FGR, retomada por el gobierno de Claudia Sheinbaum, Jorge Antonio se desempeñaba, en el asesinato de Colosio, como un agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que se había designado para cuidar al entonces candidato.
Jorge Antonio, según lo explicado por la secretaria de Gobierno, Rosa Icela Rodríguez, fue detenido de forma inmediata en Lomas Taurinas tras dispararle a Luis Donaldo. Se le trasladó a la entonces Procuraduría General de la República en Tijuana.
Sin embargo, Jorge Antonio jamás enfrentó a la justicia, pues fue rescatado de las autoridades personalmente por Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad de Felipe Calderón condenado por narcotráfico en Estados Unidos.
“Todas las pruebas aportadas por la Fiscalía General de la República, y en especial las de análisis de sangre, demuestran que en la ropa de dicho agente se halló el tipo de sangre de la víctima. Además, se encuentra debidamente probado que el Cisen mandó al acusado, a García Luna, al lugar de los hechos para después encubrirlo y sacarlo de Tijuana de manera urgente”, dijo Rosa Icela Rodríguez.
Pese a su relación en uno de los magnicidios más significativos de México, el supuesto segundo tirador sigue dejando más preguntas que respuestas. Además, la línea de investigación que apuntaba a esclarecer más sobre su identidad fue frenada por un juez.
Othón Cortéz Vázquez, el hombre acusado por ser el segundo tirador
La hipótesis del segundo tirador ya había sido explorada durante la investigación del caso Colosio en años anteriores. Othón Cortéz Vázquez —fallecido en abril de 2020— fue acusado y absuelto del homicidio del candidato del PRI en 1994.
Cortéz Vázquez fue detenido seis meses después del asesinato de Colosio. Se le mantuvo preso durante seis meses en el penal de Almoloya de Juárez, el Altiplano. Luego de recuperar su libertad, alegó haber sido víctima de tortura física y psicológica, que le causaron diversas fracturas y diabetes.
KT