Narcotraficantes mexicanos niegan su identidad para evitar ser extraditados a EU

No sólo Ovidio Guzmán asegura no ser quien es: al menos 143 presuntos narcotraficantes interpusieron amparos y quejas con argumentos inverosímiles en los últimos seis años.

Otros narcotraficantes han inventado una gran cantidad de pretextos como supuestas enfermedades para evitar a la justicia americana | Especial
Ciudad de México /

No sólo Ovidio Guzmán, el hijo de El Chapo y quien se convirtió en objetivo prioritario de Estados Unidos, ha puesto como pretexto que no es él el hombre que buscan las autoridades de aquel país. También otros narcotraficantes han inventado una gran cantidad de pretextos como supuestas enfermedades, identidades diversas e incluso acusan a la agencia antinarcóticos, la DEA, y a la policía internacional, la Interpol, de violar sus derechos humanos. Todas estas estratagemas legales tienen un objetivo: quedarse en territorio mexicano, evadir la extradición y la prisión estadunidense.

Una investigación de MILENIO con base en solicitudes de acceso a la información y una revisión de todos y cada uno de los amparos que interpusieron en México algunos de los imputados, revela que desde el 2018 a la fecha se han gestionado al menos 143 amparos, quejas y otros recursos para impedir ser extraditados a Estados Unidos.


En 2018 se presentaron nueve recursos, en 2019 el número saltó a 29 y en 2020 alcanzó su tope con 38; para 2021 hubo un ligero retroceso, a 31, que se mantuvo en 2022 cuando se presentaron 32 amparos o quejas. En lo que va del 2023 suman al menos cuatro casos.

Aunque varios de los personajes que interpusieron los amparos fracasaron en su objetivo, otros miembros de organizaciones criminales como los cárteles del Golfo, de Sinaloa o Jalisco Nueva Generación (CJNG) se mantienen firmes y dan la lucha legal para no ser enviados a Estados Unidos.

Recursos impuestos contra la extradición. | Especial


Por ejemplo, Rafael Caro Quintero, Eleazar Medina Rojas, El Chelelo (líder del cártel del Golfo), o Eduardo Ravelo Rodríguez El Tablas, entre otros.

Aunque el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y la Secretaría de Relaciones Exteriores mantienen en reserva los nombres de los procesados, al revisar los amparos MILENIO encontró nombres y acusaciones en Estados Unidos e incluso comunicación diplomática que permite conocer cómo los presuntos criminales se han defendido con uñas y dientes.


Los Mario Aburto


“No soy la persona que ellos creen”, dijo el 3 de marzo de 2023 un hombre de tez blanca, cabello muy oscuro y bigote en forma de herradura de caballo. Dijo que su nombre es Ovidio, sí, pero no el hijo del narcotraficante y ex líder del cártel de Sinaloa Joaquín El Chapo Guzmán. Dice que no es el mismo hombre por el que el gobierno estadounidense ofreció una recompensa de 20 millones de dólares y al que se le acusa de inundar de fentanilo a ese país.

Cuando fue detenido en enero de este año, los comentarios a través de redes sociales de cientos de usuarios era que ese Ovidio, detenido la primera vez en Sinaloa —el que vestía camisa de vestir azul cielo, lampiño aunque de cejas pobladas, con dos escapularios en el cuello, quien por órdenes presidenciales fue liberado— no era el mismo, no era el hijo del capo sinaloense. Lo más que admitió Ovidio fue que estaba muy enfermo del estómago, con enfermedad gestoría y que además sufría estrés y depresión.

El Consejo de la Judicatura Federal y Relaciones Exteriores mantienen en reserva los nombres de los procesados. | Especial


Aunque se pensó que ese rumor era sólo una tendencia de Twitter y que no pasaría de ahí, Ovidio decidió llevarlo a los tribunales. Utilizó la historia de Mario Aburto –el supuesto asesino del candidato Luis Donaldo Colosio– que no era uno sino varios, y que el original había sido suplantado. El objetivo de la defensa de Ovidio Guzmán es claro: evitar la extradición. Y hasta el día de hoy están logrando frenarla.

Pero este ardid legal no es exclusivo de la defensa de Ovidio. Antes que él, en 2022, Alberto David Rubio Zamora El Mudo, socio de Ismael Zambada e hijo de El Mayo Zambada, tramitó un amparo y al igual que El Ratón Guzmán juró que tampoco era la persona que buscaban en Estados Unidos.

“El recurrente no es la persona buscada y existen en Estados Unidos de América condiciones que pueden generar que sufra tortura y malos tratos, así como riesgo de perder la vida”, se destaca en el alegato de sus defensores.

Según el documento que lo alude, fue el agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA) Jackie R. Cypert quien aportó los datos relacionados con la identidad del requerido. Pero, aunque también se presentaron fotografías del dinero incautado, copia certificada del análisis de laboratorio de la metanfetamina incautada, así como el informe de análisis de laboratorio y fotografías de un hombre, Rubio Zamora afirmó que no era él.


En lo que va del 2023 suman al menos cuatro casos para evitar la extradición. | Especial


Un Cárdenas Guillén muy honesto


Otro narcotraficante que esgrimió grandes pretextos es Mario Cárdenas Guillén (cuyos alias eran El M-1 o El Gordo), hermano de Osiel, capo del Cártel del Golfo. En su amparo contra la extradición de 2020, Mario alegó que a pesar de que su sobrino, Rafael Cárdenas Vela El Junior, lo haya identificado en una fotografía que le mostraron las autoridades estadunidenses como uno de los líderes de la organización criminal, eso no probaba nada.

Sus argumentos ante eso y para frenar su extradición fue que “las personas tenemos limitaciones relevantes, tanto en los procesos de percepción visual como de ejercicio de la memoria, que repercuten en la capacidad para efectuar reconocimientos con precisión”.

Y no se quedó ahí. Aseguró que los problemas de confiabilidad en los reconocimientos afectaban a “víctimas y testigos honestos” como él. Según este cabecilla del Cártel del Golfo él no había cometido los delitos por los que se solicitaba su extradición.

Incluso dijo que un agente especial de la DEA comisionado en su caso, John Fernandez era “un testigo de oídas”. Según la defensa, Fernandez declaró en contra de Cárdenas con información recopilada a través de testigos, así que había la posibilidad de que estos hayan dicho mentiras y, por tanto, no era un testimonio auténtico.

Cárdenas Guillén también acusó al personal diplomático de Estados Unidos; aseguró que a través de la pericial en materia de grafoscopia y documentoscopia emitida por parte de Oscar Arriaga, la firma de la nota diplomática estaba falsificada. Mario Cárdenas argumentó que la empleada de la Embajada estadunidense, Dorothy Krebs Sarro, no era elegible para solicitar la extradición.

Se lee en su alegato: “En la firma dubitada a nombre de Dorothy Krebs Sarro, contenida en la Nota Diplomática de Extradición en comparación y cotejo con la indubitada base de cotejo, determinó que la firma dubitada por su ejecución no corresponde al puño y letra de Dorothy Krebs Sarro. Como consecuencia de lo anterior se determinó que la firma dubitada fue falsificada (...) se utilizó una FALSIFICACIÓN denominada A MANO LIBRE”.


Culpó al “licenciado Marcelo Luis Ebrard”


La prueba de que hasta los narcotraficantes más sanguinarios le temen más a la extradición que a la muerte, es Gerónimo Gámez García, conocido como El Geremías, quien en una queja contra su extradición presentada en 2022 asegura que si lo envían a ese país le podrían aplicar métodos al “estilo policía mexicana”.

“Puedo ser sometido a tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes e incluso pena de muerte, ya que desconozco qué métodos pretenda aplicar el gobierno americano en mi contra si me extraditan, si las autoridades policiacas de haya (sic) me vallan (sic) a torturar. O inclusive para que confiese mi supuesta participación y auto incriminándome”, dice el también primo de Arturo Beltrán Leyva.

Declaró que, de hecho, hacía décadas que no iba al país del norte: “Ya que no he estado en Estados Unidos desde hace 20 a 22 años, es ilógico que digan que yo transportaba droga por paquetería del estado de Filadelfia a Pensilvania de 2017 a 2020”.

Fue el mismo Gerónimo Gámez quien, a diferencia de otros narcos, escribió su propia queja e hizo responsable de los que le pase al “licenciado Marcelo Luis Ebrard”. Finalmente, ya fue extraditado.


Respuestas rapiditas


Los amparos en ocasiones parecen caprichos de estos narcotraficantes. Así fue el caso del amparo indirecto que presentó en 2021 Jorge Iván Gastelum Ávila El Cholo, jefe de seguridad de El Chapo.

El narcotraficante se inconformó debido a que la Secretaría de Relaciones Exteriores no le avisó a tiempo si concedía o rehusaba la extradición del narco. A través de su defensa, El Cholo se molestó por la tardanza de la dependencia, lo que hizo que prolongara su detención en el Centro Federal de Readaptación Social número 13 de Oaxaca.

Sus sanguinarios delitos en México fueron suficientes para tenerlo retenido y El Cholo, finalmente, también fue extraditado este año.

Aunque este diario solicitó al Consejo de la Judicatura la relación de todos los amparos, quejas y demás recursos en contra de la extradición, se rehusó a mostrarlos. Respondió con un link de una página de sentencias y solicitó poner la palabra “extradición”. Sin embargo, al revisar la lista se corroboró que no todos los resultados de la búsqueda eran amparos por extradición, es decir, que a pesar de su respuesta el organismo no entregó la información estadística a la que por ley está obligado.

Fue necesario realizar una búsqueda manual con la palabra “extradición internacional”, lo cual arrojó 143 resultados. Una vez revisados uno por uno los expedientes, con base en las instrucciones de su respuesta se encontraron los aquí mencionados.

La institución tampoco está obligada a entregar los nombres de los procesados, por lo que fue necesario revisar todos los amparos donde sí se revelaron identidades, acusaciones judiciales en México y Estados Unidos, y hasta referencias que no fueron tachadas, con nombres de los agentes de la DEA y testigos que utilizó el Departamento de Justicia para construir las acusaciones y que, por seguridad, se reservaron sus apellidos y su identidad.

A pesar de que algunos alegatos pueden parecer disparatados, hay personajes que sí lograron retrasar la extradición. Esos son los casos de Rafael Caro Quintero y Eleazar Medina Rojas, del Cártel del Golfo, o de Eduardo Ravelo Rodríguez El Tablas, líder de Barrio Azteca, una célula violenta de ese mismo cártel; o de José Bernabé Brizuela Meraz La Vaca, líder del Cártel de Colima; de Juan Manuel Abouzaid El Bayeh, traficante de fentanilo del Cártel Jalisco Nueva Generación, o de Ramiro El Rama Pérez Moreno, que pertenecía a Los Zetas.

Pero también hay otros criminales que, sometiéndose al peso del destino, terminan aceptándolo. Como Carlos Silva Arellano, El Bolas, del Cártel de Nayarit o H-2, quien a pesar de que en un principio se inconformó y se amparó en contra de su extradición, en el año 2020 presentó un escrito ante un juez en el que ofreció algo poco frecuente: “Le pido atentamente que tenga a bien acordar favorablemente a la brevedad posible dicho desistimiento y agilizar lo más pronto posible mi extradición, ya que así es mi deseo…”.



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