Luego de salir de prisión en 2013, 28 años después de su primera detención, Rafael Caro Quintero tomó control de una facción del Cártel de Sinaloa, según información de inteligencia del gobierno estadounidense.
Así lo deja claro una acusación presentada en 2017 ante una corte federal en Brooklyn donde se le señala de encabezar una empresa criminal continua, y otros delitos relacionados con el tráfico de drogas, a través de su liderazgo en "una facción del sindicato del crimen organizado mexicano conocido como el Cártel de Sinaloa".
La acusación formal fue entregada y sellada por un gran jurado federal del Distrito Este de Nueva York el 20 de enero de 2017 y se relaciona con las actividades delictivas de Caro Quintero desde enero de 1980 hasta, al menos, enero de 2017.
"El bastión de Caro Quintero en el Cártel de Sinaloa ha durado más de treinta años, luego del secuestro y brutal asesinato del agente especial Camarena. La DEA nunca olvidará. Esta acusación es el resultado de una tremenda colaboración entre las fuerzas del orden público para llevar a Caro Quintero ante la justicia y envía un mensaje al Cártel de Sinaloa de que el tiempo no hace ninguna diferencia en nuestros esfuerzos para detener su tráfico de drogas y la violencia relacionada”, declaró James Hunt, Agente Especial de la DEA a Cargo de la División de Nueva York cuando se dio a conocer la acusación.
De acuerdo con la acusación en su contra, la más reciente que se haya hecho pública por parte de la justicia estadounidense, entre enero de 1980 y enero de 2017, Caro Quintero dirigió una empresa criminal continua responsable de importar a los Estados Unidos y distribuir cantidades masivas de narcóticos ilegales además se conspirar para asesinar a personas que representaban una amenaza para su empresa de narcóticos.
La conspiración de asesinato incluye el histórico secuestro y asesinato por parte de Caro Quintero del agente especial de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en Guadalajara, Jalisco, México en febrero de 1985.
Más acusaciones a Rafael Caro Quintero
Además, Rafael Caro , quien de acuerdo con la acusación también es conocido como el "R1" o "El Canoso", es acusado de participar en una conspiración internacional de distribución de heroína, metanfetamina y cocaína desde febrero de 2015 hasta enero de 2017; por participar en una conspiración internacional de distribución de marihuana desde enero de 1980 hasta enero de 2017, así como el uso de armas de fuego en relación con su empresa de narcotráfico.
Los millones de dólares generados por estas ventas de drogas, según el Departamento de Justicia, luego fueron transportados de regreso a México.
Como líder de una facción del Cártel de Sinaloa, Caro Quintero empleó a numerosas personas, cada una de las cuales tuvo un papel para garantizar el éxito de la organización, incluidos los sicarios que llevaron a cabo actos de violencia en México, como asesinatos y secuestros para silenciar testigos potenciales y tomar represalias contra cualquier persona que proporcione información a las fuerzas del orden, según la acusación.
Además de personal de seguridad para la dirección de la empresa delictiva, “jefes de plaza” que controlaban los territorios de la empresa, transportadores de estupefacientes y lavadores de dinero.
En los últimos años ha trascendido que gracias a disputas internas Caro Quintero mantenía un conflicto abierto con otras facciones del Cártel de Sinaloa, especialmente con la que es controlada por los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, mejor conocida como "Los Chapitos".