El ex líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como El Chapo, es uno de los capos más populares en México. Esto se debe, en parte, a lo mediático que resultó para los medios de comunicación las ocasiones en las que escapó de prisión y al poder que logró tener en el crimen organizado.
Las fugas de El Chapo no fueron coincidencia, si se tiene en cuenta que entre sus colaboradores cercanos tenía a un hombre conocido como El señor de los túneles, junto a quien popularizó el tráfico de drogas de México a Estados Unidos, incluyendo cocaína, metanfetaminas o fentanilo por todo el país.
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Debido a las decenas de crímenes que cometió, El Chapo se puso en ojo de la justicia por años y fue detenido en más de una ocasión, logrando el capo salirse con la suya y eludir la justicia.
¿Cuántas veces capturaron a 'El Chapo Guzmán'?
Como lo mencionamos, El Chapo se fugó de la cárcel en más de una ocasión. Específicamente, Guzmán Loera eludió a las autoridades en penales de máxima seguridad dos veces: una del Altiplano en 2015 y otra de Puente Grande en 2001.
Por consecuencia, El Chapo ha sido capturado en tres ocasiones: por primera vez en 1993, cuando se encontraba en Guatemala; la segunda en 2014, cuando estaba durmiendo tras una aparente fiesta en Sinaloa; la tercera en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, el 8 de enero de 2016, a menos de seis meses de su último escape.
Primer fuga de ‘El Chapo’ de prisión
La primera fuga de El Chapo sucedió en 2001, cuando ya llevaba ocho años detenido tras ser apresado el 9 de julio de 1993 en Guatemala, donde trataba de escapar debido a que fue acusado de estar involucrado en el homicidio del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en el aeropuerto de Guadalajara.
En esa ocasión, El Chapo fue recluido en el Centro Federal de Readaptación Social Número Uno, mejor conocido como Almoloya. Ahí permaneció hasta noviembre de 1995, año en el que se le trasladó al penal de máxima seguridad Puente Grande, ubicado en el estado de Jalisco.
Tras pasar cerca de seis años en Puente Grande, Guzmán Loera huyó escondido en un carrito donde transportaban ropa con ayuda de Francisco Javier Camberos Rivera, El Chito, miembro del personal de mantenimiento.
El viernes 19 de enero de 2001, El Chapo abandonó el penal entre dudas sobre cómo fue que un criminal famoso escapó de una de las prisiones con mayor seguridad del país. Esto llevó a que se señalara que el narco salió de la cárcel a través de sobornos al entonces presidente Vicente Fox.
Sin embargo, esas acusaciones fueron desmentidas por Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, quien también confirmó la versión del carrito como la forma en la que El Chapo abandonó la cárcel.
"La prensa dijo que El Chapo sobornó al presidente Fox y al director del penal de Puente Grande, pero eso no fue verdad", dijo durante el inicio de su participación en el juicio en contra del líder del cártel de Sinaloa, en la Corte Federal de Brooklyn.
Según el testigo, El Chapo le confirmó la versión de su escape en un carro de lavandería y la felicidad que le provocaba escuchar cómo iba avanzando por las puertas sin que nadie se diera cuenta, eludiendo así a la justicia mexicana por primera, pero no última vez.
Segunda fuga de ‘El Chapo’de prisión
El 22 de febrero de 2014 fue otra vez capturado Joaquín Guzmán Loera, mismo que ya era considerado el capo más buscado por México y Estados Unidos. La nueva aprehensión del líder del Cártel de Sinaloa tuvo lugar en Mazatlán, donde aparentemente regresaba de una fiesta.
Después de su detención, El Chapo fue trasladado y recluido en la prisión de máxima seguridad de El Altiplano, en el Estado de México.
Ahí permaneció 17 meses. El 11 de julio de 2015, alrededor de las 20:00 horas, El Chapo o el 701, como le conocían los custodios, se dirigió al área de regadera en su celda y huyó por un boquete en el suelo que lo dirigía a un túnel.
El túnel daba hacia la libertad y fue construido gracias a un plan coordinado por su esposa, Emma Coronel, y sus hijos, según explicó Dámaso López, El Licenciado, durante el juicio del capo en Nueva York.
López explicó que se reunió con Emma Coronel, así como con Iván, Alfredo y Ovidio, hijos de Guzmán Loera, al menos cinco veces entre marzo y julio del 2014 para planear la fuga del penal del Altiplano, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México.
La primera parte del plan consistió en ingresar un reloj con GPS al penal del Altiplano que enviara la señal exacta de "dónde se hallaba la celda de mi compadre", relató.
El día de la fuga, luego de casi año y medio de planeación, Guzmán se acercó a la ducha de su celda, donde los custodios del penal del Altiplano lo perdieron de vista. Había descendido al túnel que sus hijos mandaron construir, montó una moto fijada a unos rieles y recorrió 1.5 kilómetros para llegar a la libertad.
Al notar su ausencia, los custodios se alarmaron: “¡valió madres, se escapó el 701!”, gritó uno cerca de las 21:00 horas, cuando una inusual clave se dio por el radio que le colgaba del pecho: “¡código rojo!”, la instrucción que se ordena en penales federales cuando una PPL o Persona Privada de la Libertad se ha fugado. Se cerraron todos los accesos de la prisión; nadie entra, nadie sale.
En la salida del túnel en un inmueble en obra negra, ubicado en la colonia Santa Juana, en Almoloya de Juárez, a unos 15 minutos del penal, a El Chapo lo esperaba su cuñado, quien lo trasladó en cuatrimoto hasta la bodega que había rentada por El Licenciado.
Cerca de seis meses después, Guzmán Loera fue capturado otra vez. Posteriormente, se le trasladó a Estados Unidos, país en el que se mantiene preso en una cárcel de máxima seguridad.
KT