En 2020, el Ejército detectó que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) había mejorado los diseños de sus vehículos blindados. De enormes vehículos cuadrados y con limitada movilidad, pasaron a unidades con diseños más profesionales, por lo que comenzaron a investigar si empresas de blindaje estaban involucradas.
Un empresario del ramo, bajo condición de anonimato, reveló a MILENIO que las organizaciones criminales han comenzado a secuestrar a empleados de firmas de blindaje para mejorar sus unidades acorazadas.
Fue el 17 de julio de ese año que las alarmas del ejército se encendieron luego de que en redes sociales se viralizó un video donde decenas de hombres armados hasta los dientes, con indumentaria militar y vehículos blindados se presentaron bajo el nombre de “Fuerzas Especiales Grupo Élite” del Cártel Jalisco Nueva Generación. La Sedena ordenó realizar un informe y el secretario de la Defensa Nacional solicitó ampliarlo con la finalidad de presentarlo al gabinete de seguridad federal.
En la presentación, a la que MILENIO accedió gracias a las filtraciones del grupo hacktivista Guacamaya, se lee que el ejército identificó entonces a al menos 75 personas, 22 vehículos y al menos 80 armas, entre ellas una ametralladora antiaérea calibre .50, 10 fusiles Barrett, 9 ametralladoras y 54 fusiles de asalto. Y que la división surgió en 2019, fundada por Juan Carlos González El 03, para enfrentar al Cártel de Santa Rosa de Lima, en Guanajuato, expandiéndose después a Michoacán y Zacatecas y con una capacidad económica “sin restricciones".
Inteligencia castrense identificó que el video fue grabado en el municipio de Chinicuila, Michoacán, una localidad históricamente asediada por cárteles de la droga.
El que al menos 12 camionetas, entre una Hummer, Jeeps y camionetas de trabajo pesado, estuvieran blindadas levantó sospechas. Los vehículos ya no lucían un blindaje tan artesanal como los que habían visto previamente en lugares como Tuxpan, Jalisco, en diciembre de 2019, con un vehículo verde, rectangular, con seis ruedas y una suspensión que apenas separaba la estructura de la unidad del suelo. Esta vez tenían estructuras más parecidas a las realizadas por profesionales del sector, lo que los llevó a solicitar que se investigara si industriales del ramo del blindaje estaban colaborando con el cártel.
En entrevista con MILENIO, un empresario de una firma de blindaje explicó que una colaboración entre empresas dedicadas a blindar vehículos y una organización criminal es muy poco probable, debido a que sería muy fácil de identificar e incluso combatir.
“No hay de ninguna forma una colaboración entre los cárteles y las empresas que se dedican a blindar, por lo menos las serias. La industria del blindaje tiene mucho tiempo que está regularizada, que está legislada, incluso bajo las leyes de Hacienda que contemplan actividades propensas al lavado de dinero”, explicó.
“No solamente a mí, a varias empresas nos ocurrió que desaparecían nuestros técnicos especializados, no sabemos si era por voluntad propia o de forma forzada, pero asumimos que tenía que ver con el rapto o secuestro, la desaparición forzada de individuos que conocían el proceso de blindaje y se los llevaban a hacerles estos vehículos de muy baja calidad, casi artesanales”, dijo.
A pesar de todo, explicó, la falta de acceso a materiales de calidad para el blindaje de los vehículos impide que organizaciones como el CJNG puedan construir un vehículo que tenga efectividad contra el impacto de disparos con armas grandes, como calibres .50 con puntas perforantes, materiales con los que sí cuenta el ejército y la Marina.
"Es normalmente acero dulce, que pesa mucho más que el acero balístico, que ni siquiera tiene la integración molecular para resistir impactos balísticos. Los vehículos blindados necesitan, por ejemplo, de suspensiones que son modificadas y que tienen garantía a nivel internacional”, concluyó.
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