En Acapulco, los clavadistas llevarán a cabo transmisiones en línea de sus saltos desde lo más alto de La Quebrada con el propósito de recaudar fondos para los 75 miembros de la asociación en el puerto.
Los clavadistas comparten a MILENIO que con los clavados vía online planean abrir una cuenta bancaria para que desde cualquier parte del mundo les depositen recursos económicos.
“Por medio de las redes sociales activar los clavados, para que al compartirlos a escala internacional podemos recabar fondos para la empresa.
“Somos más de 75 clavadistas y familias que dependemos de esta empresa (de clavadistas profesionales). Es muy complicado la verdad, la única actividad que tenemos son los clavados”, explicó Gustavo Gatica, presidente de Clavadistas Profesionales de La Quebrada, Acapulco.
Ante la evidente destrucción de 80 por ciento en la zona hotelera y restaurantera en los tres segmentos turísticos: Acapulco tradicional, dorado y diamante, no pierden la ilusión de continuar con su actividad, pues dicen que hay una agenda de cruceros que podría ayudarlos para realizar los clavados en vivo; otra opción para la reactivación de esa actividad es la llegada de los vuelos chárters, y una más con visitantes de los estados.
Los clavadistas tienen 10 hasta 30 años lanzándose desde 35 metros de altura, y reconocen que con el paso de Otis sufrieron daños, pero no de gravedad, aunque vislumbran un futuro incierto.
“Para que venga el turismo a Acapulco se necesitan hoteles donde se puedan hospedar, restaurantes para alimentarse, y todo está deshecho, es completamente nulo, todo lo que se necesita no lo tenemos”, subraya Gática.
Recordó que la crisis anterior fue con la pandemia por covid-19, y ahora el devastador meteoro categoría cinco.
Explicó que en el caso de la pandemia por covid-19, al ser una enfermedad, no causó daños en el sector hotelero, por lo que solo se implementaron medidas de restricción, pero seguía llegando el turismo al puerto y seguían visitándolos.
Agregó que el huracán fue otra cosa, lo destruyó todo y estima que como mínimo serán seis meses para poder ver “la luz al final del túnel”; sin embargo, es realista y considera que por lo menos serán dos años.
“El covid pegó muy duró, pero había posibilidad en continuar con el trabajo porque seguía llegando turismo del extranjero”, mencionó.
En tanto, la prioridad para otros clavadistas como Alejandro Balanzar es evaluar los riesgos y daños que dejó el huracán, para regresar a su área de trabajo.
“Se tiene que revisar el canal porque no se descarta que debajo del agua pudieron haber quedado fragmentos y escombros”, dijo Alejandro, quien lleva casi 15 años siendo clavadista.
Admite que la prioridad en su caso y su familia es subsistir, buscar ayuda por parte de los diferentes programas sociales.
Por otra parte, José Luis Álvarez, quien es veterano clavadista, plantea a sus compañeros abrir una cuenta bancaria para que les depositen donativos, no solo para los clavadistas, sino para las personas de la tercera edad de los barrios Lerdo de Tejada, La Mira, La Pocita, La Poza.
“La convocatoria no solo es para los clavadistas, sino para los habitantes de los barrios históricos del puerto”, dijo Álvarez.
Pese a ser evidente la solidaridad entre el grupo de clavadistas, a algunos les preocupa la falta de medicamentos para sus familiares, sobre todo los de la tercera edad, taxistas y artesanos.
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