Durante las celebración de la fiesta de Halloween es frecuente que los niños salgan a pedir dulces que disfrutan tanto en la noche del 31 de octubre como los días posteriores, sin embargo, estos contienen altos niveles de azúcares y grasas vegetales que, si son consumidos en exceso pueden provocar malestares gástricos, advirtió el Comité de Nutrición temprana de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica
La ingesta de golosinas debe ser controlada porque, de lo contrario, provoca procesos inflamatorios de la microbiota intestinal que de manera crónica pueden estar asociados al sobrepeso o la obesidad, explicó el coordinador Comité de Nutrición temprana de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, Rodrigo Vázquez Frías.
Los azúcares y grasas vegetales que contienen algunas de las golosinas que se obsequian a los infantes en etas fechas son elementos proinflamatorios, es decir, que hinchan el estómago, intestinos o colon, produciendo malestar gástrico; incluso, pueden causar un desequilibrio en la microbiota intestinal, que tiene la función de ser una defensa contra posibles agentes patógenos que se encuentran en constante contacto con el sistema digestivo, informó el especialista en gastroenterología pediátrica.
¿Cuántos dulces comer?
Rodrigo Vázquez Fría sugirió que sólo se entreguen pocos dulces a los niños durante uno o dos días, y evitar que las golosinas se consuman durante todo un mes.
“Algunos dulces contienen una gran cantidad de ácidos grasos proinflamatorios, son aceites vegetales terriblemente inflamatorios que no los debería comer nadie; un exceso de golosinas puede provocar en los menores inflamación gástrica y hasta un poco de diarrea. Lo que se puede hacer es darle pocos dulces a las niñas y los niños uno o dos días y luego desaparecerlos para que no pasen todo un mes consumiendo golosinas; además es necesario vigilar si presentan algún malestar, para dar una atención adecuada en caso de ser necesario. Bajo prescripción médica, los probióticos pueden coadyuvar en un efecto benéfico para el cuerpo, siempre y cuando sean necesarios”.
El especialista considera que "se debería regresar a la antigua calaverita", la cual consistía en regalar fruta a comida y no sólo dulces; de esta forma se mantendía el equilibrio calórico, ya que el consumo continuo de azúcares y grasas pueden terminar en obesidad y diabetes infantil.
Además, dijo que es importante acudir con los expertos en salud para que sean ellos quienes ayuden a conocer cuáles son los límites ingesta de golosinas, de acuerdo a la edad y al peso de cada individuo.
En México, 34 por ciento de los menores entre 5 y 11 años de edad tienen sobrepeso u obesidad y casi 73 por ciento de la población adulta, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 sobre covid-19 (Ensanut 2021).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona la importancia de cuidar el equilibrio calórico para tener un peso corporal saludable y asegurar una ingesta óptima de nutrientes, por lo que el consumo de golosinas debe ser siempre moderado para evitar sobrepeso y obesidad infantil que podrían continuar en la vida adulta.