El crimen organizado se actualiza constantemente para conocer cuáles son los productos más buscados por los consumidores, por lo que llegan a robar las mercancías específicas mientras los tráileres circulan por las carreteras, la mayoría de las veces con violencia.
Datos de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) muestran que por cada camión de carga asaltado en carreteras de México generan pérdidas promedio de 500 mil pesos en valor de mercancía, pero el quebranto llega hasta 7 millones de pesos si transporta productos de alto valor y también se sustrae el camión o tráiler.
Los delincuentes hurtan lo que es más fácil de comercializar en el mercado negro, ya sean bienes de consumo o mercancías, también están atentos a las tendencias y poder comercializarlas en mercados o tianguis, de acuerdo con Canacar.
Se tienen indicios de que las organizaciones criminales que cometen los robos a camiones de carga son los cárteles de Jalisco Nueva Generación (CJNG), del Golfo, del Noroeste, de Sinaloa, la Unión Tepito y de Tláhuac, que deja ganancias al crimen organizado de, al menos, 4 mil 100 millones de dólares al año.
¿Qué es lo que más se roba el crimen organizado en carreteras?
Por su parte, Héctor Romero, vicepresidente de la Comisión de Seguridad y Justicia de Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dijo que pareciera que los grupos del crimen organizado encontraron cierto gusto por atacar camiones que trasladan de marcas de ropa ciertamente cara, pues con otro tipo de prendas suelen ser permisivos.
Específicamente, el crimen tiene una especie de fijación con la ropa deportiva y la perteneciente a marcas como Hugo Boss, Calvin Klein o Ermenegildo Zegna.
Datos de la empresa Círculo Logístico apuntaron a que, en 2023, lo más robado en caminos y autopistas fueron alimentos y bebidas, seguidos de electrodomésticos, material de construcción, autopartes, ropa y calzado, donde al parecer el crimen ya tiene gustos específicos.
Alimentos
En alimentos y bebidas, los objetivos principales de los criminales son galletas, latas de chiles y atún. Estos robos suelen cometerse entre las 05:00 y 07:00, cuando ya están los inventarios de los puestos de tianguis y mercados abastecidos por el crimen organizado, explicó Héctor Romero.
Para el mediodía, a esa mercancía se le habrá perdido el rastro, pues la Guardia Nacional apenas está interrogando al chofer asaltado.
Electrodomésticos
Entre los electrodomésticos, las pantallas planas, planchas, lavadoras, radio y audífonos son imanes para el crimen organizado.
“Y esto es peor en temporada navideña o cerca del Día de las Madres. Los cárteles roban más y con mayor violencia, pero con una lógica distinta a la de alimentos y bebidas: no revenden, sino que regalan. Y lo hacen para ganarse la protección de los vecinos vulnerables bajo el pretexto de quitar a los ricos para darle a los pobres”, explica Romero.
Materiales de construcción
Enseguida de esas mercancías, les sigue el muy codiciado material de construcción, principalmente cemento, arena y varillas; cargar con eso requiere tanta secrecía como si se tratara de oro, petróleo o agua en tiempos de sequía. Luego, son codiciadas por el crimen las autopartes que suelen dañarse en choques, como cristales, defensas y salpicaderas.
¿Cómo operan los criminales que roban tráileres de carga?
Según informes, los grupos delincuenciales, para cometer los robos a los camiones de carga toman diversas estrategias:
- Se abren paso a punta de balazos contra los operadores
- Amenazan de muerte a los empleados de parques industriales y centros de distribución para sacarles información de horarios, rutas y placas de sus blancos
- Dan seguimiento específico a los camiones utilizando drones con inhibidores de GPS, que desactiva el monitoreo satelital de las empresas.
- Cargan con baterías de alto voltaje para “volar” las chapas electromagnéticas de seguridad, así como equipos de radiofrecuencia que interfieren con las cámaras de vigilancia para impedir que se graben videos al interior y exterior de los tráileres al momento del robo
- Utilizan ponchallantas elaboradas con materiales de alta resistencia, como las que avientan al paso de convoyes militares, o fusiles de alta precisión de origen ruso –12.7x108 mm, por ejemplo– para perforar las llantas a distancia, incluso si tienen una goma que las recubre.
“Tenemos calculado que el 20 por ciento de la gente de la industria (de transporte y distribución) que trabaja con ellos lo hace por dinero; pero el 80 por ciento de esas personas están amenazadas de muerte directamente, o sus familias”, dijo el vocero de Coparmex.
KGA