Por intervención de la Iglesia, criminales en Guerrero logran tregua; escuelas reabren tras 9 días

La Iglesia logró una tregua entre los Tlacos y Ardillos, grupos que se encontraban peleando el control del transporte público en la capital de Guerrero.

La violencia en Chilpancingo se había desatado por casi 10 días / Cuartoscuro.
Chilpancingo, Guerrero. /

El obispo emérito Salvador Rangel Mendoza informó que hay una tregua entre grupos criminales en Chilpancingo, capital de Guerrero, por lo que se permitió la reactivación del transporte público y la reapertura de las escuelas en todos los niveles educativos.

De acuerdo con el obispo, el pacto entre los grupos de la delincuencia organizada se logró la noche del miércoles 14 de febrero, cuando en Chilpancingo se reunieron el líder de Los Ardillos, Celso Ortega Jiménez, y un delegado personal del líder de Los Tlacos, Onésimo Marquina Chapa, El Triny.

Previo al acuerdo, criminales estuvieron a punto de enfrentarse

Rangel Mendoza explicó que, antes de que se lograra un acuerdo entre ambos líderes delincuenciales, estuvo a punto de generarse un conflicto entre ambos, el cual habría tenido serias consecuencias; sin embargo, al final prevaleció la paz.

Con el acuerdo, recordó el obispo, terminó la incertidumbre de 10 días, en los cuales el transporte público se encontraba afectado y nueve días en los que estuvieron cerradas las escuelas.

En entrevista, el obispo destacó que el jueves 15 por primera vez se volvió a ver circulando a los diferentes taxis de sitio, así como casi todas las rutas de combis, mismas que permiten la movilidad de los habitantes de las 600 colonias que conforman a Chilpancingo.

“Estuvo el jefe de los Ardillos (Celso Ortega). Del otro un delegado, que creo que es muy conocido, no lo puedo asegurar, pero por la voz creo que fue Triny, el de Amojileca”.
Las escuelas en Guerrero se cerraron por la ola de violencia / Cuartoscuro.

¿Qué estaba pasando en Chilpancingo?

Rangel Mendoza calificó como “días de penurias” lo acontecido en la capital del estado de Guerrero del 5 al 10 de febrero, cuando dos de los sectores más importantes de la ciudad quedaron inmovilizados por la violencia, producto de los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado.

“Gracias a Dios se llegó a un acuerdo entre Los Tlacos y Los Ardillos, pero también les quiero decir que estuvo a punto de darse un enfrentamiento entre los que venían de Zumpango (Tlacos) y los que estaban en Petaquillas (Ardillos), estuvieron a punto el miércoles pero al final lograron hablar”, dijo.

Sin embargo, gracias a la intervención del obispo, los dos grupos delincuenciales decidieron no atacarse y, por el contrario, hacer una tregua para que el transporte público pudiera volver a operar.

El obispo comentó que el problema vivido en Chilpancingo es resultado del interés que tienen ambos grupos delincuenciales por adueñarse de las rutas de transporte público, tanto taxis como combis.

Esto fue resultado de que Los Tlacos y Los Ardillos se enteraron de que el gobierno de Guerrero iba a repartir 126 placas, desatando conflictos entre los criminales para saber de cuántas se podrían adueñar.

Yo admiro a estos dos jefes que tuvieron la prudencia de no matarse, de no despedazarse y mejor llegar a un convenio”, dijo Rangel.

El líder religioso reconoció el hecho de que exista un acuerdo de no agresión y pidió que éste sea duradero. Además, se pronunció a favor de que ese tipo de acuerdos sean apoyados por las instituciones públicas, pues refiere que no sirve de nada contar con las fuerzas armadas si no hay paz.


​KT

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