A un año de su desaparición y posterior muerte, la Fiscalía General de la República (FGR) continúa investigando el caso de la joven neoleonesa Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, revela la dependencia federal.
Mediante una solicitud de información realizada por Telediario, se pudo constatar que la FGR no ha cerrado ni desechado la carpeta de investigación relacionada a su muerte.
En cambio, se conoció que las indagatorias fueron asignadas a la Fiscalía Especializada en Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas (FEVIMTRA), y que las mismas se encuentran en una “etapa inicial”.
Además, la Fiscalía General de la República detalló que las circunstancias relativas a la muerte de Escobar Bazaldúa son investigadas como un posible feminicidio y debido a que la misma está en proceso, rechazaron dar a conocer mayores datos, etiquetando el caso como reservado y confidencial.
“Se informa que esta Fiscalía Especializada en Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas, integra carpeta de investigación por hechos con apariencia del delito de feminicidio en agravio de la víctima mencionada. En ese sentido, debemos destacar que dicha indagatoria, se encuentra en etapa de INVESTIGACIÓN INICIAL”, se lee en la respuesta de la autoridad federal a este medio.
Debanhi Escobar desapareció el pasado 8 de abril de 2022 luego de acudir con sus amigas a una fiesta en el municipio de Escobedo, Nuevo León. Su cuerpo fue encontrado el día 21 del mismo mes dentro de la cisterna del Motel Nueva Castilla, a unos metros de donde fue vista por última vez sobre la Carretera Monterrey-Nuevo Laredo.
En septiembre pasado, el entonces subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de México, Ricardo Mejía Berdeja informó que la investigación sobre la muerte de la joven ya había sido transferida a la FGR, luego de que el caso alcanzara un espectro internacional y el presidente López Obrador ofreciera ayuda a las autoridades estatales.
La muerte de Debanhi Escobar provocó una convulsión social en Nuevo León y en México, la imagen de la joven se convirtió en un símbolo utilizado por diferentes colectivos de mujeres que exigen justicia ante los inagotables actos de violencia contra el género.
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