El nombre de Jean Succar Kuri quedó ligado a la palabra “pederasta” tras la publicación, en 2005, del libro Los demonios del Edén. El poder que protege a la pornografía infantil, una investigación de la periodista Lydia Cacho en la que revela cómo operan las redes de abuso sexual infantil en Cancún y cómo eran protegidas por empresario y políticos.
El libro surgió pues a principios de los dosmiles, Cacho dirigía en Cancún un centro integral para mujeres víctimas de la violencia, CIAM, en el cual fueron atendidas varias de las víctimas de Succar Kuri, un empresario libanes radicado en México que murió este viernes 14 de junio.
¿Cómo fue escrito Los Demonios del Edén?
Cacho conoció a las víctimas en el CAIM y denunció los hechos en artículos publicados en el periódico Por Esto. Nada pasó.
En noviembre de 2003, salieron a la luz videos en los que Jean Succar Kuri afirma que mantenía relaciones sexuales con menores. El video fue obtenido por la madre de una de las víctimas, que lo encaró y logró obtener la grabación.
La mujer usó el video como prueba para presentar una denuncia penal, pero Succar Kuri ya tenía un amparo: le habían advertido que la mujer iba a acusarlo.
Las denuncias y los artículos periodísticos no lograron obtener justicia para las víctimas, por lo que Lydia Cacho publicó Los demonios del Edén en 2005.
Al publicarse el libro, Succar Kuri estaba preso en Chandler, Arizona, por delitos de pornografía infantil y abuso sexual de menores. En 2006 fue extraditado a México a petición de la Procuraduría General de la República (PGR) que también lo investigaba por lavado de dinero. Actualmente purga 112 años en una cárcel de Quintana Roo.
En el libro hay entrevistas a víctimas de Jean Succar Kuri y Cacho revela las redes que protegían al empresario libanes, entre ellos estaban los políticos Emilio Gamboa Patrón, Fidel Herrera, Mario Marín, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Olga Sánchez Cordero, y otro empresario de origen libanes, Jean Kamel Nacif, quien vivía en Puebla.
Estas redes fueron expuestas en llamadas grabadas, en las cuales admiten que mantenían relaciones con menores, se hacen favores traficando con influencias y también hubo videos en los que Succar Kuri mantenía relaciones con menores.
De todas las personas denunciadas por Lydia Cacho, sólo Mario Marín fue detenido en 2021, después de que en la Suprema Corte de Justicia de la Nación se revocaran múltiples amparos para lograr su detención.
En 2007, la Corte también concluyó que no se demostró la existencia de violación grave de derechos humanos de la periodista Lydia Cacho
¿Qué le hicieron a Lydia Cacho por publicar Los Demonios del Edén?
“Escribir o leer un libro sobre el abuso y comercio de menores no es ni fácil ni agradable. Sin embargo resulta más peligroso para la sociedad guardar silencio sobre este fenómeno”, se lee en otro párrafo de Los Demonios del Edén.
Y para Lydia Cacho no fue fácil ni agradable, no sólo por enfrentarse a conocer las atrocidades que padecieron cientos de niños y niñas.
La periodista fue demandada por difamación y calumnias por Kamel Nacif, cuyas redes de complicidad llegaban hasta el entonces gobernador, Mario Marín.
La denuncia fue presentada el 22 de junio de 2005. El 16 de diciembre de ese año, la policía judicial de Puebla la detuvo y la trasladó vía terrestre de Cancún, en Quintana Roo, a la ciudad de Puebla por órdenes de la juez Rosa Celia Pérez González, permaneció arrestada por casi 30 horas, siendo liberada tras pagar una fianza de $106,000 pesos (unos $8,800 dólares estadounidenses). Cacho denunció que fue torturada en ese periodo.
El 17 de enero de 2006, Cacho fue absuelta del delito de calumnia tras una apelación de sus abogados ante el Tribunal Superior de Justicia de Puebla (TSJP), pero seguía sujeta a proceso por difamación.
¿Qué logró el libro Los Demonios del Edén?
El libro reveló que las víctimas no son sólo infancias vulnerables: Jean Succar Kuri abusó de niñas y niños de la alta sociedad del sureste mexicano. A menores de clases bajas, sus propios padres los entregaron a Kuri.
También reveló que los pederastas y las redes de pornografía infantil existen al amparo de autoridades del más alto nivel, ante las cuales de poco servía pertenecer a una familia con dinero, nada se podía hacer ante un millonario protegido por autoridades en todo el mundo.
E incluso se deja ver que la fortuna de Jean Succar Kuri pudo ser resultado del comercio sexual infantil, que en el libro es llamado “pornografía” pese a que lo revelado en él son delitos de abuso, violación y la explotación infantil.
Succar Kuri empezó sus negocios con una cafetería en el aeropuerto de Cancún y un par de tiendas de playeras baratas para turistas y en Quintana Roo terminó poseyendo villas, hoteles, y restaurantes fuera de México.
En un párrafo del libro, dice: “Gabriela (una víctima) se niega a hablar con las autoridades (...) Está convencida de que Succar es intocable”.
Casi 20 años después, Gabriela, hoy de 48 años, debe estar leyendo la noticia de que Jean Succar murió en la cárcel, purgando una condena de 94 años gracias a Lydia Cacho y a mujeres como ella, que se atrevieron a decir lo que hizo.
KAT