Autoridades municipales y estatales desalojaron con el uso de la fuerza pública y de forma violenta a los migrantes venezolanos que estaban instalados junto al Río Bravo, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Elementos del grupo antimotines de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) avanzaron a lo largo del campamento empujando a los migrantes, quienes habían formado una fila para tratar de impedir el desalojo, pero fueron empujados por los policías, golpeados y obligados a retroceder o retirarse.
Personas no identificadas aventaron piedras desde la parte alta y varias personas resultaron heridas, entre migrantes y policías. En el lugar había niños, adolescentes y mujeres.
Las últimas carpas fueron incendiadas y fue necesario que personal de Bomberos entrara.
Las autoridades dispusieron de varios camiones para trasladar a los migrantes a refugios o albergues.