Ismael Zambada García, El Mayo, quien fue capturado en Estados Unidos el pasado 25 de julio, presentó su declaración por escrito a través de una carta entregada por su abogado, Frank Pérez, en la que aseguró que fue secuestrado por Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán, antes de ser detenido.
El Mayo declaró que fue víctima de una emboscada, fue atado, esposado y obligado a meterse a una camioneta a base de golpes y maltratos, y posteriormente fue trasladado en un avión privado hacia Estados Unidos.
“Fui secuestrado y traído a Estados Unidos en contra de mi voluntad. La idea de que me entregue o cooperé voluntariamente es completa e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”, se lee en el mensaje.
Joaquín Guzmán López le puso una trampa para capturarlo
El Mayo explicó que fue citado para resolver las diferencias entre líderes políticos de Sinaloa, específicamente sobre la disputa para decidir quién debe dirigir la Universidad Autónoma de Sinaloa.
“Joaquín Guzmán López me pidió que asistiera a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado. Estaba enterado de una disputa en curso entre Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuen Ojeda, ex diputado federal, alcalde de Culiacán y rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, sobre quién debería dirigir esa institución. Me informaron que además de Héctor Cuen y el gobernador Rocha Moya, también estaría presente en la reunión Iván Guzmán Salazar.”
Así, confiado en la naturaleza de la reunión, Zambada acudió sin seguir grandes protocolos de seguridad. A su llegada se encontró con Héctor Cuen, uno de sus ayudantes y con Joaquín Guzmán López.
“ (...) En cuanto puse un pie dentro de aquella habitación, me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me ató, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron y luego me obligaron a meterme en la caja de una camioneta. Durante todo este calvario me sometieron a malos tratos físicos que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas”, narró Zambada.
Posteriormente, lo obligaron a subir a un avión privado donde Joaquín le retiró la capucha y lo ató al asiento y viajó hacia Estados Unidos junto a él y el piloto de la aeronave.
“El vuelo duró entre 2 y media a 3 horas, sin escalas, hasta que llegamos a El Paso, Texas, en la pista, donde los agentes federales estadounidenses me detuvieron”, detalló.
ZNR