El tamaño de un sismo o terremoto se expresa de varias formas, la intensidad es una medida de perceptibilidad del daño a las estructuras, efectos en las superficies del suelo, así como las reacciones humanas al movimiento del sismo.
Por más de 50 años los sismos en México y el mundo se midieron bajo la conocida escala sismológica de Richter, la cual se creó en 1935 por el estadounidense Charles Richard, para medir la magnitud de los sismos de California, y aunque los nuevos instrumentos están alineados a ella, no es correcto seguir utilizando ese nombre.
La tecnología les dio a los servicios sismológicos poder interpretar de distintas formas más precisas los movimientos en las placas tectónicas que generan los sismos.
De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), en México hay aproximadamente 20 formas de calcular la magnitud de los sismos, pero es importante diferenciar entre magnitud e intensidad.
Qué es la escala de Richter
La escala sismológica de Richter, también conocida como escala de magnitud local, es una escala logarítmica empleada para cuantificar la energía liberada por un terremoto.
Pero la escala de Richter fue concebida para medir sismos relativamente débiles, entre magnitudes de 2.0 y 6.9.
Además, otro de los problemas con los que cuenta esta escala es que es difícil relacionarla con las características físicas del origen del terremoto, por lo que a comienzos del siglo XXI muchos sismólogos la consideraron obsoleta y la sustituyeron por una escala más adecuada conocida como la escala sismológica de magnitud de momento.
Cómo se miden los sismos en México
En México, los sismos se miden en magnitudes a través de sismógrafos y acelerógrafos, que detectan los movimientos del terreno. Los registros que obtienen estos instrumentos se llaman sismogramas y son gráficos que muestran las ondas sísmicas o la amplificación del movimiento del suelo.
Funcionan con la inercia de los cuerpos, consiste de una masa suspendida por un resorte que le permite permanecer en reposo por algunos instantes con respecto al movimiento del suelo.
Los sismógrafos modernos utilizan este mismo principio de operación, solo que para su implementación utilizan componentes mecánicos y electrónicos para obtener una señal eléctrica proporcional al movimiento del suelo, la cual puede almacenarse en forma local o ser transmitida por algún medio de comunicación como teléfono, radio, satélite, hasta un centro de adquisición.
La magnitud de un temblor está relacionada con la energía liberada en forma de ondas sísmicas que se propagan a través del interior de la Tierra. Para calcular esta energía y determinar la magnitud de un temblor se realizan cálculos matemáticos basados en los registros obtenidos por los sismógrafos de diferentes estaciones.
En estos registros o sismogramas se miden algunas características de las ondas y la distancia a la que se encuentra la estación del epicentro. Estos valores son introducidos a una fórmula, obteniendo así la magnitud.
Por ejemplo, un sismo de magnitud 8.2, de magnitud 7.1 o 6.1, o la cifra que se le asigne, pero ya sin los apellidos de grados y escala de Richter.
KGA