Los narcotraficantes mexicanos no sólo han corrompido a las policías mexicanas, sino que en los últimos años han alcanzado a las corporaciones de seguridad de Estados Unidos, a quienes también han comprado a punta de billetazos, fiestas de sexo y prostitutas.
Informes del Senado de Estados Unidos, del Departamento de Seguridad Interior y una revisión en los archivos del departamento de Justicia de Estados Unidos, revelan que desde hace una década advirtieron que agentes de corporaciones como la Patrulla Fronteriza (CBP) y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) estaban en peligro se ser infiltrados por los tentáculos del crimen organizado.
“Estos cárteles en México son muy poderosos. No deberíamos subestimar su capacidad para tratar de corromper la ley estadunidense de los organismos de aplicación. La droga mexicana y los cárteles tienen operaciones de drogas en 230 ciudades de Estados Unidos”, advirtieron senadores y directores de las corporaciones más importantes. Hoy, la advertencia se ha cumplido.
Reportes de la CBP dan un panorama de la gravedad del problema: durante 2020, 86 agentes fueron investigados por asuntos relacionados con drogas, mientras que cuatro por actos de corrupción.
Un año después, 127 agentes fueron investigados por cuestiones relacionadas con drogas, mientras que nueve por corrupción. En lo que va de 2022, 73 agentes fueron investigados por drogas y tres por corrupción.
La DEA no ha transparentado sus cifras; sin embargo, en una revisión realizada en los archivos del Departamento de Justicia, entre 2020 y 2021 se registraron cinco casos que involucran corrupción, drogas y lavado de dinero.
MILENIO tuvo acceso a las investigaciones que se llevaron a cabo en los últimos cinco años, entre las que se encuentran intercepciones de llamadas telefónicas a agentes de la DEA y la Patrulla Fronteriza, corrompidos por los mismos objetivos a los que investigaban.
Documentos del congreso estadunidense muestran que los cárteles mexicanos corrompen a agentes invitándolos a fiestas de sexo o suministrándoles prostitutas.
Agentes coludidos
La historia de Manuel Recio, un veterano agente de la DEA, es el claro ejemplo de cómo los narcotraficantes han llegado a los círculos de poder e información más importantes y confidenciales de ese país.
Recio no fue el típico jubilado que mira hacia el mar desde el porche de su casa: en 2018 decidió montar su propio negocio, aprovechando los contactos y la información a la que aún tenía acceso, tras haber hecho amistades clave desde 1997 cuando ingresó a la agencia.
Fundó la empresa de consultoría Global Legal Consulting, la cual brindaba servicios de investigación privada a abogados defensores penales y también ayudaba a reclutar clientes.
Además, Recio ofrecía un servicio VIP: en contubernio con otro agente de la DEA en activo, Juan Constanzo, sacaron información de los sistemas de la agencia, como acusaciones selladas con las que dieron aviso a sus clientes de las investigaciones abiertas en su contra, identidades de otros acusados e incluso la fecha en que serían arrestados.
Lo hicieron a través del Sistema de Información de Narcóticos y Drogas Peligrosas de la DEA (NADDIS, por su sigla en inglés), una herramienta que contiene información sobre personas que están o han estado bajo investigación. Fue así que Recio reclutó a sus nuevos clientes y les dio acceso incluso a sus investigaciones.
La intercepción de llamadas revela que entre los clientes VIP de los agentes de la DEA, estaban los narcotraficantes mexicanos, “objetivos” de la Agencia Antidrogas.
—Costanzo: Oye
—Recio: ¿Qué pasa mi amigo?
—Costanzo: Es un agente de la DEA amistoso.
—Recio: Oh, y ¿en dónde está?
—Costanzo: En la División de Operaciones Especiales.
—Recio: Ah, está bien.
—Costanzo: Pero creo que se está preparando para ir a algún lugar al extranjero.
—Recio: Ah, ¿y quieres trabajar con ese tipo?
—Costanzo: Sí.
—Recio: Bueno.
—Costanzo: Sí, pero tranquilo... Déjame llamarlo.
—Recio: No, no, no lo queremos llamar todavía. Es (información) para alguien con quien podemos trabajar, es un mexicano objetivo (de la DEA).
Según estas llamadas, la idea de Constanzo y Recio era negociar con un compañero en activo de la DEA para que los ayudara a conseguir información para un cliente mexicano, que era uno de los objetivos de la Agencia Antidrogas.
Ambos agentes de la DEA lograron escabullirse de las autoridades hasta este año, ya que utilizaron un esquema de pagos a través de terceros y teléfonos especiales para los sobornos.
Lo más relevante de este caso fue el acceso irrestricto que tuvieron a la famosa base de datos, donde sólo tienes que teclear el nombre de la persona o su fecha de nacimiento, para localizar absolutamente toda su vida criminal. Era una búsqueda mundial en los registros de la DEA, incluidos los reportes de agentes de campo, inteligencia, investigación. Todo.
Los pagos que recibieron Recio y Constanzo iban desde los 2 mil 500 dólares, hasta sobornos de 50 mil y 70 mil dólares que eran entregados en efectivo o en cheques de caja a sus familiares.
Aunque no se revelan más nombres, la investigación arrojó que los clientes a los que beneficiaron con esta información confidencial estaban acusados de cargos relacionados con drogas. De hecho, ambos revisaban la lista de narcotraficantes y delincuentes que habían sido acusados recientemente, para así contactarlos y ofrecerles sus servicios de espionaje.
Incluso lograron reunirse con informantes de la DEA para que los pusieran en contacto con estos delincuentes. Fue precisamente uno de estos informantes quien grabó para el FBI sus conversaciones con estos ex agentes.
“El 31 de julio de 2019, Constanzo proporcionó a Recio información sobre el inminente plan confidencial del arresto de un narcotraficante de alto nivel, con quien Recio estuvo en contacto recientemente. De hecho estaba tratando de reclutar como cliente. Constanzo le advirtió que el golpe sería en dos semanas”, señala el documento.
La DEA intentó hacer el arresto, pero el narcotraficante ya estaba advertido. Ambos han sido encarcelados y actualmente enfrentan un proceso penal en Nueva York. La pena máxima que podrían recibir es de 15 años.
Los repartidores del cártel
Pero la DEA no es la única corporación a la que han llegado los narcotraficantes: la Patrulla Fronteriza se ha convertido en el blanco de los narcotraficantes, ya que se han dado cuenta que pueden corromperlos fácilmente para cruzar su droga por la frontera.
Carlos Víctor Passapera Pinott, de 53 años, un agente de la Patrulla Fronteriza asignado a la zona de Tucson, en Arizona, frontera con Sonora. El 11 de agosto de 2020 una investigación reveló que Passapera salió de su residencia y condujo hacia el sur hasta un área remota de la frontera al oeste del puerto de entrada de Lukeville.
Passapera luego condujo hasta el Aeropuerto Internacional Sky Harbor de Phoenix, donde cargó dos bolsas de lona en otro vehículo. Los agentes de la ley detuvieron a su compañero, y encontraron que en las bolsas había cocaína, heroína y fentanilo.
Más tarde, en su casa encontraron 329 mil dólares en efectivo y 40 mil adicionales en su vehículo. Passapera recogía droga de narcotraficantes mexicanos en la frontera y más tarde la entregaba en el aeropuerto. Actualmente se encuentra encarcelado y enfrenta un proceso judicial por colusión con narcotraficantes. Al igual que el otro que ayudó a los narcotraficantes mexicanos a pasar cocaína por la frontera fue Oberlin Cortez Pena Jr., de apenas 22 años. El agente también enfrenta un juicio.
Prostitutas para la DEA
Desde 2010, el Comité de Seguridad Interna y Asuntos Gubernamentales del Senado advirtió que la colusión de los agentes estadunidenses con los cárteles de la droga mexicano comenzaba a notarse. Incluso expresaron su preocupación por las nuevas contrataciones, ya que tenían información de que estos podrían estar tratando intencionalmente de infiltrarse “en nombre de los cárteles”.
“Hay personas que claramente llegaron a CBP con el único propósito de ser corruptos y aprovechando las facultades que tienen como empleados para promover su participación en una organización criminal”, dijeron durante la comparecencia a la que titularon Nueva Guerra Fronteriza: corrupción de funcionarios estadunidenses por cárteles de droga.
En ese entonces se dijo que condenaron a mil 600 funcionarios federales, estatales y locales, y que había 2 mil 500 investigaciones de corrupción en curso, relacionadas con drogas y cárteles mexicanos.
Para 2015, el Subcomité del Delito, Terrorismo y Seguridad Interna e Investigaciones reveló que los cárteles de la droga invitaron a agentes de la DEA, quienes participaron en “fiestas de sexo” con prostitutas suministradas por cárteles de la droga.
En 2018, durante el juicio de Joaquín El Chapo Guzmán, se reveló a través de documentos judiciales que el cártel de Sinaloa había sobornado a agentes de la DEA con prostitutas a cambio de su fidelidad.
Juan Carlos Ramírez, socio de Guzmán y su contacto en Colombia, contó cómo lograron sobornar a los agentes de la DEA a cambio de sexo, dinero y prostitución.
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