Un dato importante es que el 95 por ciento del fentanilo incautado por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ha entrado a través de San Isidro, California, y Tucson, Arizona. Estas dos áreas están bajo el control absoluto del Cártel de Sinaloa, en particular, bajo la influencia de Los Chapitos.
De acuerdo con reportes del gobierno de Joe Biden, durante el actual año fiscal, han logrado el aseguramiento de 11.5 toneladas de fentanilo a lo largo de la frontera con México, pero 10.8 de esas toneladas se registraron en los sectores donde los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán controlan el flujo de estupefacientes.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por su sigla en inglés) señaló en un informe del pasado 7 de septiembre que “Tijuana es un corredor privilegiado para el narcotráfico, con varios grupos delictivos por tener el control de la plaza, entre ellos se encuentran el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa”.
Sin embargo, señala que del lado estadunidense la facción de Los Chapitos tiene el control absoluto de la ciudad de San Isidro, donde se ubica la aduana con Tijuana y que a la postre representa la puerta de entrada hacia zonas más pobladas de la costa oeste como San Diego, Los Ángeles o San Francisco.
Estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) señalan que justamente esas tres ciudades pertenecen al sector de vigilancia de San Diego, donde los agentes de seguridad han logrado decomisar 5.3 toneladas de fentanilo en lo que va del presente año, la mayor cantidad que de la que se tenga registro.
La segunda puerta de entrada de fentanilo se ubica en la frontera entre Arizona y Sonora, donde hay diferentes puntos de entrada, pero el de mayor preocupación está en Tucson y sus alrededores, donde el CBP logró el aseguramiento de 5.5 toneladas de dicha droga.
Al igual que en el caso de San Diego, esta cifra es la más alta de decomisos que se ha registrado en el estado de Arizona.
El gobierno de Estados Unidos confirmó a MILENIO que el tráfico de fentanilo hacia su territorio no ha disminuido, a pesar de la supuesta orden de Los Chapitos de dejar de vender esa droga.
“Creemos que las pancartas de narco son sólo propaganda. Ninguna de las estadísticas de incautaciones muestra ningún tipo de disminución en el flujo, como se esperaría ver si las Organizaciones Criminales Transnacionales tomaran en serio el cierre del comercio de píldoras”, indicó.
Expedientes judiciales consultados por MILENIO demuestran que uno de los métodos empleados por los traficantes de drogas para llevar fentanilo de contrabando es con vehículos a través de la frontera.
Por ejemplo, el 23 de febrero de este año Yadín Padilla, un ciudadano mexicano, fue aprehendido tras cruzar hacia Estados Unidos por el puerto de entrada de DeConcini, en el sector de Tucson, con más de 30 kilos de fentanilo en pastillas, escondidos en el auto que conducía. El auto del hombre fue revisado en inspección secundaria, porque tenía un antecedente de varios cruces previos.
Finalmente, Padilla decidió testificar que una mujer del lado mexicano le había ofrecido transportar las drogas a cambio de dinero, un método comúnmente usado por los carteles para realizar sus envíos.
Para el Centro de Estudios de Migración de los Estados Unidos, el alza de los decomisos en el sector Tucson se debe principalmente a que los agentes fronterizos tratan con un menor flujo de migrantes irregulares, por lo que centran sus esfuerzos en cortar los caminos de la droga, además de que tienen el mayor número de agentes (3,700) de los nueve sectores fronterizos.
“Las notables incautaciones de drogas duras (principalmente el fentanilo) por parte de agentes del sector Tucson sugieren que los cárteles están aprovechando el caos migratorio que ha causado la administración federal para trasladar narcóticos mortales hacia Estados Unidos. Los agentes de Tucson tienen ventajas que sus colegas de otros sectores no tienen y las están aprovechando al máximo”, sostiene un estudio.
Pese a que el Cártel de Sinaloa domina cuatro de las siete ciudades fronterizas más importantes de Estados Unidos (San Isidro, Tucson, Yuma y Eagle Pass) la presencia del CJNG se ha incrementado con el paso de los años a tal grado que ya tiene presencia en Laredo y El Paso, Texas; e Imperial, California.
De hecho, el DHS señala que ambas organizaciones criminales “mantienen un control sustancial en México, siendo los dos más grandes y poderosos cárteles que operan activamente en la mayoría de los 32 estados del país; y son los principales proveedores de drogas a Estados Unidos, siendo responsables de la mayor parte del fentanilo ilícito que ingresa al país”.
Sin embargo, un estudio de la organización In Sight Crime, titulado Cómo los precursores químicos sostienen el comercio de drogas sintéticas, señala que, si bien los cárteles mexicanos son los principales señalados por el gobierno de Joe Biden, éstos representan apenas el último eslabón del suministro de fentanilo hacia Estados Unidos.
“Las organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa y el CJNG son solo una parte de la cadena de suministro, por lo que centrar en ellas todos los esfuerzos de aplicación de la ley no tendrá un impacto significativo en el comercio de drogas sintéticas.
"En general, no se involucran mucho en el comercio de precursores químicos hasta que estas sustancias han ingresado a México y están listas para distribuirse entre los productores, explica el documento”.
cog