Estados Unidos ha intensificado la presión internacional contra la cúpula del Cártel Jalisco Nueva Generación con una nueva alerta. El FBI ha puesto en la mira a Carlos Andrés Rivera Varela, alias 'La Firma', uno de los operadores más cercanos a Nemesio Oseguera Cervantes.
Las autoridades federales estadounidenses lo identifican con una doble función: como director de un complejo esquema de fraude y como mando de sicarios dentro de la estructura criminal. Por información que conduzca a su captura, el FBI ha anunciado una recompensa que asciende hasta los $245 mil dólares.
¿De qué lo acusa la Fiscalía de Nueva York a Rivera Varela?
Rivera Varela, quien posee nacionalidad mexicana y nació en Cali, Colombia, enfrenta graves imputaciones en el Distrito Este de Brooklyn, Nueva York. La Fiscalía estadounidense ha emitido una orden de arresto federal en su contra desde octubre de este año.
Los cargos criminales incluyen conspiración para lavar dinero obtenido ilegalmente y proporcionar apoyo material a una organización clasificada como terrorista.
La Fiscalía estadounidense sostiene que 'La Firma' participó en la dirección de un complejo esquema de estafas contra estadounidenses. Este fraude se centraba en la simulación de la compra de propiedades de tiempo compartido en México, particularmente en Puerto Vallarta, Jalisco.
Además de la acción penal, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) también ha sancionado al operador en diversas ocasiones. El señalamiento de la OFAC se dirige a un grupo del CJNG asentado en Puerto Vallarta y responsable de organizar asesinatos de rivales y figuras políticas.
¿Cómo operaba la red de fraude de tiempos compartidos?
Las investigaciones del FBI revelaron que el esquema de estafas contra dueños de tiempos compartidos comenzó a operar aproximadamente desde el año 2011. Las víctimas eran inicialmente contactadas con ofertas falsas para adquirir sus propiedades, prometiéndoles altos pagos anticipados que jamás se concretaban.
Posteriormente, la estafa continuaba a través de un segundo grupo que se presentaba como supuestos abogados con vínculos al CJNG. Estos ofrecían recuperar el dinero perdido a las víctimas, a cambio de otra cuota que debían pagar por adelantado.
Incluso, la sofisticada red de engaño involucraba un tercer nivel, donde los criminales se hacían pasar por agentes gubernamentales para continuar presionando a las víctimas y prolongar el fraude.
El FBI y otras agencias han determinado que los fondos generados por este esquema de fraude internacional eran cruciales. El dinero era canalizado directamente para financiar operaciones de narcotráfico.
MQ