"Mi niña Sofía, yo te amo, siempre te lo decía, tú no merecías esto, apenas eras una niña, yo te decía que te iba a proteger, que te iba a cuidar, perdón mi niña, no pude”. Éste es un fragmento de una carta dejada por familiares en un pequeño altar con seis cruces, una por cada víctima que dejó un derrumbe causado por el huracán Otis.
La tierra acabó con la vida de Kimberly, hermana de Sofía; la madre de ambas de nombre Araceli Ramírez Jiménez, y su abuelita, Gloria Jiménez González, así como Elizabeth Jiménez, y el hermano de las niñas, Israel. El mismo deslave mató a otras tres personas en otra vivienda de la colonia Revolución de Sur.
El huracán pegó el 24 de octubre, pero hasta la mañana del día 25 los vecinos vieron la primera casa destruida. Entonces comenzaron a escarbar con sus manos y algunas palas.
Cuentan que cuando encontraron bajo los escombros a la señora Gloria, tenía entre sus brazos a su nieta Sofía; la intentó proteger del alud pero no pudo, la naturaleza fue más fuerte.
Los cuerpos de las seis víctimas fueron rescatados por los vecinos de esa zona de alta marginación, enclavada entre cerros.
"Los desenterraron al otro día de que estuvo todo esto, se envolvieron en mantas hasta esperar a que venían a arreglarlos; no había funerarias disponibles, al siguiente día ya los vinieron a arreglar, los llevaron a enterrar, estamos hablando de un tercer día en una camioneta de redilas, y aún así lo regresan porque las carreteras están peligrosas", narró Usmara Vega, vecina de las víctimas.
Durante cuatro días los cuerpos estuvieron peregrinando en diversas casas de familiares. Fueron sepultados sin la necropsia de ley.
A unos metros de la vivienda donde quedaron los seis cuerpos se registró la otra desgracia: el mismo derrumbe que mató a las seis personas también cobró la vida de Cipriana Santos, su hijo Francisco y un trabajador de nombre Williams. La muerte lo sorprendió mientras cocinaban pan.
Los restos de Cipriana y de Williams fueron encontrados en la mañana del 25 de octubre, pero aún falta por ser localizado el cadáver de Francisco.
Este 7 de noviembre, la Fiscalía del Estado de Guerrero y la Comisión de Búsqueda, con la ayuda de un perro entrenado para detectar cuerpos, pudieron ubicar un punto donde se presume que podría estar Francisco.
La zona es complicada, pues el cadáver aparentemente quedó debajo de toneladas de piedra y tierra, a unos 250 metros de distancia de donde se ubicaba la panadería donde trabajaba.
María Elena, madre de Williams, recuerda que le dijo a su hijo que no fuera a trabajar porque el huracán iba a pegar, pero él le contestó que necesitaban dinero para la renta.
"Lo estaba yo entreteniendo: ‘estás viendo cómo está esto, ya avisaron’, pero él me dijo ‘es que la renta jefa’, yo le dije ‘la renta déjala’, y pues no entendió y agarró y se fue", cuenta a MILENO la madre de Williams.
El funeral de Williams fue pagado por los vecinos que se cooperaron. El martes, una brigada del gobierno de Guerrero fue a llevar despensas y agua a los damnificados que claman por más ayuda en la colonia Revolución del Sur.
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