Rebasando los modelos internacionales de pronóstico meteorológico, el ciclón Otis que impactó recientemente el estado de Guerrero pasó en menos de 12 horas de ser una tormenta tropical a huracán categoría 5, con vientos de 64 kilómetros por hora (km/h) hasta 270 km/h.
No es común que un ciclón llegue a su máxima intensidad en un tiempo tan corto, fue un comportamiento atípico. Se rompió el récord histórico de intensificación en México, que era de 24 horas, observado en el huracán Patricia en 2015.
Con este contexto, uno pensaría que nadie podría sobrevivir al recibir, sin refugio, un huracán de esta magnitud, pero Mani, un hombre en situación de calle, lo vio de frente.
Acomodado en una esquina frente al mar, en el mirador Quebec que se ubica en la glorieta de la Diana Cazadora de la Costera Miguel Alemán, en Acapulco, Guerrero; Mani fue levantado incluso por momentos por el fenómeno natural más destructivo que ha tocado este puerto turístico.
"Sentía que el agua me llevaba para arriba… cuando llegó el huracán, n'hombre, tremendo. Ahí me quedé, yo gritaba, pero el amigo no me oía porque andaba allá", refirió a Milenio con tristeza y aún asustado.
Salvó la vida, pero la pasó mal. Además, no sabe nada de otro indigente, un amigo que solía dormir en el mismo lugar.
"Alcance a ver al amigo por allá"
¿Y ese amigo dónde está?
“Pues quién sabe”
¿No ha sabido nada de él?
“No”
¿Cómo se llama?
“José, recuerdo que le decían”.
Mani mostró desde donde vio el huracán. De frente a Otis, cuenta, pidió ayuda, pero nadie lo escuchó.
"Aquí, aquí estaba yo parado, me levantaba pa'arriba, no podía sentarme, porque el agua estaba ahí, estaba subiendo el agua. Yo veía que volaban papalotes, era cartulina o quién sabe qué cosa eran, pero volaban por arriba… (¿que hizo para salvarse?) No, yo me quedé nada más pensando en Dios que solamente él me podía rescatar… ahorita, apenas, me dijeron hace un rato, que allá sacaron un muerto, y que tenía un chaleco".
Con tristeza, Mani nos cuenta que otros amigos, sus mascotas, no sobrevivieron al embate de la naturaleza.
"Los gatos se murieron, se murieron con el agua (¿tenía gatos usted?) SÍ, pero por ahí quedaron muertos, se ahogaron, es que estuvo feo el agua, estaba feísima el agua, el ciclón, ahí nomás veía como salía el chorro, el ciclonazo".
Sin hogar, Mani llegó desde Santa María Asunción, Hidalgo, hace tiempo y pasa los días en el mismo lugar.
"Estuve aquí (¿usted lo vio de frente, el huracán?) No pues sí, claro, yo veía ahí como salía, voló… todo volaba, volaban hasta refrigeradores y yo veía que volaban", recordó.
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