El Instituto Nacional Electoral (INE) está por concluir la producción de su propia urna electrónica, que será la más novedosa en el país y contará con los máximos candados de confiabilidad y certeza, como los del papel seguridad de las boletas físicas infalsificables, un sistema que permita su uso para personas ciegas y sordas, y podrá costar la cuarta parte de las que hay en el mercado.
Las consejeras Dania Ravel y Carla Humphrey revelaron a MILENIO que el INE está tramitando ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial el registro de su propia urna electrónica para que, en la transición a un voto digital, México pueda avanzar a sistemas como los de Brasil.
Ayer este medio publicó que, de acuerdo con la más reciente licitación del INE, las urnas electrónicas tienen un costo de mercado de entre 73 mil y 209 mil pesos. Si se considera el monto más bajo para sustituir las más de 162 mil casillas que se instalaron en el último proceso electoral federal de 2021, se requerirá una inversión de más de 11 mil 907 millones de pesos.
La consejera Ravel explicó que la Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral está por concluir el desarrollo de su propia urna, que será más barata y, además, logrará innovar lo que se conoce sobre estos aparatos en México.
“Que sea más barato y potencialice condiciones de accesibilidad, por ejemplo, para personas con alguna discapacidad (...) el prototipo ya se nos ha presentado a las y a los consejeros”.
La consejera Carla Humphrey agregó que se trata de una urna 7.0 que podrá costar entre 16 mil y 25 mil pesos, y tendrá una vida útil de 12 a 15 años, con un sistema que le permitirá ser utilizada en todos los procesos electorales, consultas, ejercicios de participación ciudadana o elecciones de partidos políticos.
Las primeras urnas electrónicas desarrolladas por los Organismos Públicos Locales de Coahuila pesan alrededor de 14 kilos y las de Jalisco casi 30, por lo que su peso también será una innovación en el país.
“Ya tenemos el prototipo que es bastante liviano, pesa cinco kilos, es modular, permite un voto en donde este tipo de urna electrónica emite un testigo de votación y también permitiría una votación por internet en kioscos (...) tiene una autonomía de funcionamiento de tres horas”.
Detalló que el INE está fabricando un paquete de 350 urnas que, particularmente, ella impulsará para que se utilicen de inmediato en el proceso de 2023 en Coahuila y el Estado de México.
La consejera criticó que algunos compañeros del INE se resistan al voto electrónico desde “un tema de ignorancia (...) porque no tienen idea de cómo funcionan las urnas” y acusan posibles hackeos, generando una percepción negativa ante la ciudadanía.
Celebró que el voto electrónico avance como una posibilidad real a implementarse, pues reducirá los costos de las elecciones y el daño ecológico, ya que, en 2024, solo para la contienda de la Presidencia, la renovación de senadurías y diputaciones, el INE tendrá que imprimir 300 millones de boletas, además de las gubernaturas en juego, congresos locales y ayuntamientos.
“Hay que tener un impulso, pero tiene que ser un cambio paulatino, no vamos a poder votar electrónicamente (...) en 2024”.
Por su parte, diputados del grupo de trabajo encargado de analizar las más de 100 iniciativas de reforma electoral reconocieron que los únicos puntos de coincidencia entre las fracciones parlamentarias son, hasta hoy, el voto electrónico y las acciones afirmativas para garantizar el acceso de afromexicanos, indígenas, migrantes y representantes de la diversidad sexual a cargos de elección popular.
En contraste, los desacuerdos más claros se mantienen con respecto a la transformación del INE y el Tribunal, así como de la elección de consejeros y magistrados electorales a través del voto popular.
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