El juicio del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, podría concluir este miércoles con los alegatos finales, casi cuatro semanas antes de lo previsto, en el que los 12 miembros del jurado deberán decidir si es culpable o no de ayudar al Cártel de Sinaloa a traficar cocaína.
Durante el juicio casi la mayor parte de los más de 20 testigos de la fiscalía que han acudido a la Corte de Brooklyn han esbozado el poder corruptor del dinero de la droga desde la política a las fuerzas de seguridad, pasando por los funcionarios de aduanas y personal de puertos y aeropuertos.
En aquella época, el llamado superpolicía ya llevaba varios años monetizando su influencia con El Chapo Guzmán, según lo acusó el Departamento de Justicia estadunidense en 2020.
En el juicio también se ha apuntado hasta lo alto del estado. El ex fiscal de Nayarit, Edgar Veytia, mencionó en la Corte de Brooklyn, que instruye el caso, el nombre del ex presidente Felipe Calderón (2006-2012), jefe de García Luna, quien habría dado órdenes de apoyar a la facción de Joaquín El Chapo Guzmán -condenado a cadena perpetua en Estados Unidos- para acabar con la guerra entre los cárteles, pero Calderón lo negó.
El narcotraficante Jesús El Rey Zambada, mano derecha de su hermano Ismael El Mayo Zambada, que seguiría liderando el cártel de Sinaloa, según el primero, negó haber pagado 7 millones de dólares para la campaña presidencial de 2006 de Andrés Manuel López Obrador, a través de Gabriel Regino, entonces responsable de seguridad del Distrito Federal.
"No pude haberlo dicho porque no es verdad", zanjó Zambada, ante la insistencia del abogado defensor, que le preguntó por una confesión que habría hecho en 2013 a la justicia estadounidense luego de su extradición un año antes.
Pagos millonarios
Según varios testigos, García Luna, que rehusó declarar para defenderse en su propio juicio, habría recibido pagos millonarios de los cárteles a cambio de protección.
La justicia estadunidense acusa al que fuera superpolicía de convertirse a partir de 2001 en "miembro de la conspiración del cártel de Sinaloa".
Zambada aseguró haber pagado 5 millones de dólares al acusado; Sergio Villarreal Barragán, El Grande, otro protegido de la justicia estadunidense, dijo que su entonces jefe Arturo Beltrán Leyva le hacía igualmente pagos mensuales de al menos 1,5 millones de dólares directamente a García Luna o a través de su mano derecha Luis Cárdenas Palomino.
El capo Óscar Nava Valencia, El Lobo, también le habría pagado más de 10 millones de dólares al que fuera el arquitecto de la guerra contra el narcotráfico, que ha dejado más de 340 mil muertos, la mayoría atribuidos a las organizaciones criminales.
La defensa del acusado, dirigida por el abogado César de Castro, ha tratado a lo largo del juicio de quitar credibilidad a unos testigos que a menudo han caído en contradicciones y que, sobre todo, pese a su historial criminal se han beneficiado de fuertes reducciones de pena en Estados Unidos a cambio de colaborar con la justicia.
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