¿Cómo logró escapar del Altiplano Joaquín 'El Chapo' Guzmán antes de su recaptura en 2016?

El ex líder del Cártel de Sinaloa protagonizó uno de los escapes de prisión más alucinantes de la historia, así lo consiguió en julio de 2015.

Guzmán Loera escapó dos veces de penales de máxima seguridad en México. | Reuters
Monterrey, Nuevo León /

El 11 de julio de 2015, el ex líder del Cártel de Sinaloa, y el hasta entonces hombre más buscado por las autoridades de Estados Unidos, Joaquín “El Chapo” Guzmán, se fugó del Penal del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México.

Tan solo 17 meses después de ser aprehendido con bombo y platillo por el Gobierno de México, entonces al mando de Enrique Peña Nieto, el capo protagonizó uno de los más alucinantes escapes de una prisión de máxima seguridad en la historia, y que, con ello, sumaba ya dos fugas exitosas en su carrera criminal.



Guzmán Loera escapó por un túnel de 1.5 kilómetros que comunicaba la regadera de su celda, la número 20, en el Altiplano, con un inmueble en obra negra ubicado en la comunidad de Santa Juanita.

"El Chapo" salió por un minúsculo orificio de 50 por 50 centímetros, utilizando una motocicleta marca Italika que contaba con un dispositivo de gasolina a medio llenar, y estructuras metálicas alrededor, a lo largo del túnel que le permitían al vehículo desplazarse.

Celda de El Chapo y agujero por el que escapó en 2015. | Especial


Por otro lado, el túnel estaba acondicionado con iluminación y un sistema de ventilación, además de que la casa donde desembocaba el pasadizo, fue construida específicamente para la huida del narcotraficante, pues se encontraba en medio de sembradíos.

Moto utilizada por el ex líder del Cártel de Sinaloa. | Cortesía


Aunque la celda era vigilada las 24 horas a través de cámaras de vídeo con audio, los guardias de la prisión tardaron 26 minutos en descubrir que el capo se había fugado, pese al ruido de los martillazos realizados instantes antes de que desapareciera por la ducha.



“¡Valió madres, se escapó el 701!”, gritó agitado un custodio cerca de las 21:00 horas, cuando una inusual clave se coló en el radio que le colgaba del pecho: “¡Código rojo!”, la instrucción que se ordena en penales federales cuando una PPL o Persona Privada de la Libertad se ha fugado y se cierran todos los accesos de la prisión. Nadie entra, nadie sale.

Según versiones, en el inmueble aledaño al penal, Guzmán Loera terminó abordando una camioneta de su hasta ese momento, hombre de confianza, Damaso López “El Licenciado”.

Acceso por el que ingresó Guzmán Loera a una vivienda en obra negra edificada para el escape. | Cortesía


La recaptura de El Chapo


En esta ocasión, el ex líder del Cártel del Pacífico no duraría mucho en las calles, pues en un operativo liderado por la Marina Armada de México, fue capturado por tercera vez en un cuarto de siglo, esto en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa el 8 de enero de 2016.

En aquella oportunidad, el presidente en turno, Enrique Peña Nieto, se manifestó públicamente en redes sociales para informar sobre la detención de uno de los criminales más buscados en el planeta Tierra.



El proceso de extradición, el juicio y la sentencia


Tras dos fugas, cerca de 14 años como fugitivo y una ola de violencia desatada en México, la extinta Procuraduría General de la República (PGR), comenzó el proceso de extradición de Joaquín Guzmán Loera a los Estados Unidos.

La justicia mexicana parecía no fiarse en el sistema penitenciario nacional, de donde el capo pudo escapar del penal de Puente Grande en 2001, y del Altiplano en 2015, siempre evidentes muestras de colusión por parte de custodios e incluso directores de los CEFERESOS.

En enero de 2017, casi un año después, el nacido en La Tuna, Sinaloa, fue extraditado a los Estados Unidos, donde enfrentaba cargos por diferentes delitos relacionados con el narcotráfico en al menos siete estados de la Unión Americana.



La Corte Federal con sede en la Ciudad de Nueva York, que llevó el caso de Joaquín “El Chapo” Guzmán, vio desfilar un sinfín de testigos, la mayoría ex colaboradores criminales del capo, a los cuales en su mayoría se les ofreció un trato. Entre ellos se encontraban: Jesús “Rey” Zambada, hermano del actual líder del Cártel, Ismael “El Mayo” Zambada, Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo”, hijo del mencionado capo, Dámaso López “El Licenciado”, operador del Cártel de Sinaloa, y Lucero Sánchez “La chapodiputada”, ex amante de Joaquín Guzmán Loera.

El capo fue sentenciado a cadena perpetua más 30 años en los Estados Unidos. | Cortesía


Finalmente, en julio de 2019, “El Chapo” fue sentenciado a cadena perpetua más 30 años por ser líder principal de una empresa criminal sistemática, cargo que incluye 26 violaciones relacionadas con drogas y una conspiración para cometer asesinato. El Tribunal también ordenó que Guzmán Loera pagar 12.6 billones de dólares en decomisos.

Actualmente el capo se encuentra recluido en la prisión de máxima seguridad ADX Florence, también conocida como “Supermax” o el “Alcatraz de la Montañas Rocallosas”, ubicada en el estado de Colorado, Estados Unidos. Está construida para lo peor de lo peor en el sistema penitenciario, incluidos los reclusos más violentos y los terroristas convictos. Muchos de los más de 400 reclusos pasan hasta 23 horas al día solos en celdas de concreto insonorizadas que miden dos por tres metros.


Su hijo cae a El Altiplano


Ahora, siete años después, Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo, se encuentra recluido en mismo penal de donde alguna vez huyó su padre, la prisión de máxima seguridad de Almoloya de Juárez.

Guzmán López, miembro del Cártel de Sinaloa fue aprehendido el 5 de enero de 2023 tras un operativo de la Guardia Nacional y el Ejército mexicano en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, en el que el saldo de la violenta jornada fue de 10 militares muertos, y 19 criminales abatidos.

El hijo de El Chapo, Ovidio Guzmán López, fue recluido el 5 de enero de 2023 en el Penal del Altiplano, Estado de México. | Cuartoscuro


La ciudad del occidente de México se paralizó ante los bloqueos y balaceras que desató la captura de uno de los hijos de El Chapo Guzmán, lo que recordó el llamado “Jueves Negro”, cuando en 2019 el Gobierno de México capturó al mismo Ovidio y posteriormente lo liberó ante los ataques del Cártel en Culiacán.



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