Artesanos piñateros esperan aumentar ventas por época decembrina

“El año pasado se invirtió y no se sacó la inversión, este año apenas empieza y esperamos en Dios que nos vaya bien”, mencionó María desde Tamaulipas.

Milenio
México /

La señora María Francisca Hernández, de 53 años de edad, se ha dedicado en hacer piñatas, pues “desde que estaba en la panza de mi mamá las hago”, pero mencionó que la Navidad del 2020 casi no vendió nada, ante la pandemia, así que este año espera el 50% de ventas.

El mes de diciembre ilusiona a la señora que heredó el gusto por la fabricación de estos artículos que se vuelven el elemento principal de una fiesta o una posada, ya que así se ganaban la vida sus padres.

“El año pasado se invirtió y no se sacó la inversión, este año apenas empieza y esperamos en Dios que nos vaya bien”, aseguró la artesana tampiqueña, ya que a pesar de que aún sigue la afectación del coronavirus, apenas comenzó a recibir pedidos.

Los ciudadanos aún mantienen el arraigo de la celebración navideña, así que para las posadas se llevan las piñatas de siete picos, que representan los pecados capitales, así como las estrellas.

Sin embargo, aún hay quien para los niños pequeños se llevan las figuras características de la temporada como los muñecos de nieve, el Santa Claus, la galleta de jengibre, bota, los renos, los pinitos y otras figuras populares.

Recordó que cuando era niña lo que siempre le gustó fue la elaboración de las figuras relacionadas a los personajes de la televisión, como el Chavo del 8, la Chilindrina y otros personajes que aún le gustan a los más pequeños del hogar.

Indicó que en medio de la crisis se enfrentó a la competencia más dura que jamás haya recordado en este negocio, ya que los establecimientos más pequeños comenzaron a rematar las piñatas y eso les dejó un efecto colateral al no vender.

Sin embargo, ellos no pueden rebajar un trabajo que es casi artesanal, el cual es heredado por sus padres, ya que tiene un comercio debidamente establecido y tiene que aguantar, pero no se rinde, y en medio de una pandemia que no da tregua, mantiene su gusto por el negocio de sus amores.

“Pago impuestos, agua, luz comercial, entonces los insumos son algo altos, por eso no tener ventas es difícil sostener”, remarcó la empresaria tampiqueña, que aún le dedica tiempo y esfuerzo a cada una de las piñatas, para que pueda aguantar una fiesta familiar y una posada.



elmm

  • Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de TELEDIARIO; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
LAS MÁS VISTAS