No será un buen miércoles para Marko Cortés. El presidente nacional del PAN contará uno a uno, los votos de la traición. Lo que lo pondrá en una definición impostergable: volver a ceder ante la mano del PRI y correr el riesgo de otra deslealtad de Alejandro Moreno, o tomar su lugar mayoritario dentro en la oposición y construir una nueva estrategia contra Morena.
Primero, Cortés vivió ayer lo que es tener un verdadero martes 13. Con 28 votos a favor y 11 en contra en la Comisión de Puntos Constitucionales, el PRI soldó su respaldo a la militarización morenista para ampliar, ya no hasta 2024 o 2028, sino hasta 2029, la presencia de las fuerzas armadas en las calles y su participación en seguridad pública, pisoteando los acuerdos con el PAN y el PRD.
Hoy, el Canal del Congreso será el detonador de la decisión del líder del panismo. Marko Cortés presenciará quiénes se rendirán ante los pactos de su líder tricolor y consolidarán la militarización que necesita el presidente Andrés Manuel López Obrador, y quiénes podrían mantener viva la esperanza de la coalición “Va por México”. De la que el priismo, por cierto, hasta la autoría del nombre ya reclamó.
En vísperas de la votación, ayer el líder panista lanzó un discurso que comenzó a anticipar una contienda presidencial sin el PRI: sólo con los partidos y líderes que quieran enfrentar al régimen que amenaza y doblega, no con aquellos que se dicen de oposición, pero tienen miedo, dijo en una evidente dedicatoria a Alejandro Moreno.
Sin embargo, hay voces como la de Santiago Creel, que pidieron estirar la liga. Ayer, el presidente del Congreso sostuvo que podría no aprobarse la iniciativa este miércoles, pero de hacerlo, lo preferible será esperar a que el Senado de la República logre frenarla con el grupo priista contrario a Alejandro Moreno.
“Se decidió no tomar una decisión hasta en tanto se dé que aquí se agote el procedimiento y se vote la reforma y que ocurra exactamente lo mismo en el Senado, antes de ello no vamos a tomar ninguna decisión. Todo lo vamos a determinar una vez que concluya la votación en la Cámara de Senadores.
“Para mí no tiene ningún sentido entrar a un debate público porque aún no tomamos ninguna decisión de carácter definitivo, si del lado del PRI quieren adelantar juicios o declaraciones en las que no estamos de acuerdo, particularmente con las de este caso (las de Alejandro Moreno), nosotros no vamos a seguir con un debate que lo único que hace es generar hacia afuera incertidumbre y hacia adentro más problemas porque no es una decisión fácil”, advirtió Creel, uno de los principales defensores de la alianza.
El panista atinó en un punto fundamental. Y es que, en sólo una semana, la alianza “Va por México” acumuló heridas que serán difíciles de sanar. Declaración tras declaración, la armonía y el “juntos venceremos”, se fue diluyendo.
Marko Cortés y el líder del PRD, Jesús Zambrano acusaron pública y abiertamente a Alejandro Moreno de ceder a presiones y de poner sus intereses personales por encima de los acuerdos de la alianza.
El coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, el diputado Rubén Moreira se lanzó contra el gobernador panista de Querétaro, Mauricio Kuri y algunos gobernadores se vieron orillados a tomar partido y definir su postura que, en algunos casos blanquiazules como Chihuahua y Durango, iba en contra de la pelea de su propio partido.
No, no es un miércoles fácil para Marko Cortés. El panista tendrá que decidir hoy mismo, si enfrentará a Morena sólo con el PRD o también con el PRI. Y de ser así, con cuál PRI.
Mientras Alejandro Moreno habrá de consumar el trueque: “vender” los acuerdos de la coalición, a cambio de un freno a los audios, el escándalo y la persecución. Todo, mientras el 2023 se acerca y la silla presidencial llama.
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