El 19 de junio de 1867 quedará grabado en la historia de México como el día en que Maximiliano de Habsburgo, el último emperador impuesto durante el breve Segundo Imperio Mexicano, perdió la vida al ser ejecutado.
El hecho fue llevado a cabo por las fuerzas republicanas en el Cerro de las Campanas, Querétaro, una ejecución que marcó el fin de un periodo tumultuoso y controvertido en la política mexicana del siglo XIX.
La historia de la ejecución y el final de la vida del último emperador mexicano te la contamos aquí en TELEDIARIO Puebla.
La llegada de Maximiliano de Habsburgo a México
Maximiliano ascendió al trono en 1864 con el respaldo de Francia tras la intervención militar liderada por Napoleón III, buscando establecer un gobierno monárquico en México, lo que dio paso a la firma de los Tratados de Miramar que formalizaron el apoyo de Francia al nuevo Imperio.
Sin embargo, su reinado tuvo una enorme resistencia por los partidarios de la República, liderados por Benito Juárez, quien previamente había sido presidente de México y luchaba por restaurar el gobierno constitucional.
El juicio de Maximiliano y su sentencia en Querétaro
Después de ser capturado por las fuerzas republicanas en mayo de 1867, Maximiliano fue sometido a un juicio en el que se le acusó de traición y de usurpación del poder.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos internacionales para salvar su vida, incluyendo peticiones de clemencia enviadas por figuras prominentes como el propio Victor Hugo (poeta y autor del jorobado de Notre Dame), el tribunal militar decidió fallar en su contra, por lo que fue condenado a muerte.
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¿Cómo ejecutaron a Maximiliano de Habsburgo?
La ejecución de Maximiliano de Habsburgo tuvo lugar un 19 de junio de 1867 en el cerro de las campanas de Querétaro, junto con sus generales Miguel Miramón y Tomás Mejía, lo que puso fin a un capítulo oscuro y polémico en la historia de México.
Aunque el presidente mexicano Benito Juárez podría haberlo salvado, dejó que Maximiliano muriera ante un pelotón de fusilamiento junto con sus aliados políticos y militares mexicanos
Distintos estudiosos ven el triunfo final de Juárez en la batalla contra Maximiliano como el fin a cualquier esperanza de mantener una futura monarquía en México, según apunta Lean Sweeney en el artículo "Sobre su cadáver: diplomacia entre México y Estados Unidos, y la ejecución de Maximiliano de Habsburgo en México, 19 de junio de 1867".
Su fusilamiento no solo simbolizó el rechazo a la intervención extranjera y al establecimiento de una monarquía impuesta, sino que también consolidó el triunfo de los ideales republicanos y la determinación del pueblo mexicano por mantener su soberanía e independencia.
Este evento trágico no solo tuvo repercusiones inmediatas en México, sino que también resonó en la arena internacional, influyendo en la percepción global sobre la intervención extranjera en los asuntos internos de las naciones.
De este modo, la memoria de Maximiliano de Habsburgo perdura hasta nuestros días como el recordatorio de los conflictos y las luchas por el poder que marcaron una época de profundos cambios políticos y sociales tanto en México como en el mundo.
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