Los mexicanos están atravesando durante los primeros meses del 2022 la cuarta ola de infecciones provocadas por el virus del covid-19. En este panorama de crisis socio-económica se ven afectados todos tanto la salud, la educación, como los mercados y las finanzas. Según los informes de la Secretaría de Salud (SSa) el último reporte de casos de febrero mostró un total de 5 millones 436 mil 566 casos confirmados, con 316 mil 492 defunciones. Durante el último tiempo se han llegado a registrar hasta 700 muertes y 18 mil nuevos contagios diarios.
Si bien el gobierno afirma estar en la fase de descenso de esta ola, los 62 mil 404 casos activos y 662 mil 540 casos sospechosos que se estipulan, no dejan a la gente tranquila. La aparición de esta nueva cepa de ómicron reactivo los miedos y la desconfianza de una población que ha sufrido grandes golpes emocionales, psicológicos y monetarios durante estos dos últimos años. Esto se ve reflejado, entre otras cosas, en la escasa confianza que los ciudadanos depositan en la economía y las finanzas del país.
Los altos niveles de inflación y las medidas apresuradas para contener el virus, disolvieron la fe, reflejando preocupación en el accionar de los consumidores. Esto se ve claramente en la publicación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), del Indicador de Confianza del Consumidor (ICC). Este informe que mide y detalla el grado de optimismo de los consumidores hacia la evolución de la economía, su estado general y la situación financiera, muestra una reducción de casi un punto, en el primer mes del año, en comparación con diciembre del 2021.
Esta medición que efectúa el INEGI en conjunto con el Banco de México (Banxico) sobre 32 ciudades del país, evalúa cinco componentes bien detallados. En primer lugar se destaca que los integrantes de los hogares mexicanos dieron una opinión desfavorable respecto a la situación económica de su familia, con retrocesos mensuales de 0,3 puntos. Por otra parte, la expectativa respecto a esta situación dentro del plazo de 12 meses también disminuyó, bajando 0,6 puntos.
A su vez la variable referida a la percepción de los consumidores acerca de la economía del país, en comparación con el periodo del año pasado, sufrió una contracción de 1,8 puntos. La condición económica del país que los consumidores esperan para los posteriores 12 meses, en comparación a la situación actual, se redujo también 0,6 puntos. Y por último la opinión sobre la posibilidad de los habitantes de un hogar de realizar compras de bienes duraderos cayó 1,3 puntos mensuales.
Esta opinión y expectativa decreciente del consumidor afecta también el área financiera, donde no se proyectan ahorros ni inversiones a largo plazo. Una de las esperanzas y apuestas del Banxico para el levantamiento y la mejora de la situación económica actual, es que los ciudadanos vuelvan a interesarse por los diferentes tipos de inversiones, que permitan una futura reactivación económica. El estado y sus habitantes necesitan urgentemente recobrar el optimismo y continuar apostando por la evolución y el desarrollo.
ag