México, que cuenta con uno de los liderazgos más destacados de América Latina y del mundo, pues entre otras cosas, forma parte del llamado Grupo de los Veinte o G20, el cual es un foro internacional conformado por las economías más pujantes del planeta, es también uno de los miembros originales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El órgano internacional fue creado en el año de 1945, justo después del fin de la Segunda Guerra Mundial, en medio de la devastación de Europa y de un mundo en vías de la polarización provocada por Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
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Una de las primeras decisiones trascendentales de la ONU que ve sus consecuencias hasta la actualidad, fue la creación del Estado de Israel, en el territorio que ocupaba el Mandato Británico de Palestina.
Fue el 29 de noviembre de 1947, que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el plan que dividía a Palestina en dos Estados, dando a los árabes y a los judíos una extensión de terreno más o menos similar.
En aquella ocasión, la representación mexicana en la organización internacional se abstuvo de votar a favor o en contra del proyecto, es decir, se mantuvo neutral.
Algunos de los países más destacados que votaron a favor de la resolución de la Comisión Peel*, fueron: Estados Unidos, Canadá, Brasil, Francia y la URSS.
Mientras tanto, la mayoría de los países de la península arábiga votaron en contra de la creación de dos Estados en el territorio de Palestina, como: Egipto, Arabia Saudita, Yemen, Siria y Líbano.
Durante poco más de 78 años, los países miembros de las Naciones Unidas han mediado conflictos internacionales e impulsado posibles soluciones o proyectos que impacten favorablemente al desarrollo de la comunidad mundial, uno de ellos México.
La ONU es uno de los escenarios donde se manifiesta la política exterior de cada país, es decir, el conjunto de decisiones y acciones públicas que realiza un gobierno dentro del marco internacional, en función de sus intereses nacionales.
Así, uno de los principios de la política exterior mexicana es mostrarse neutral, lo cual evita la confrontación con otras naciones, y, por el contrario, busca forjar lazos con la mayoría de los gobiernos en beneficio de los ciudadanos mexicanos, como puede ser la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED).
En ese contexto, México ha permitido el ingreso de las diferentes agencias de la ONU a su territorio, muchas de ellas, han ayudado a mitigar crisis internas que tienen carácter internacional, como la Agencia para los Refugiados (ACNUR), quien trabaja para insertar a la población refugiada en el país.
Otras agencias de la ONU que destacan son el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Además, ser miembro de las Naciones Unidas, supone para México beneficios como préstamos por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial, con el objetivo de que el país pueda invertir los recursos en el desarrollo económico y social de sus ciudadanos.
El Tratado de Tlatelolco
Por supuesto, como uno de los valores esenciales de la ONU es la promoción del mantenimiento del estado de paz entre las naciones, México también ha abogado por esa determinación.
Uno de los proyectos concretos en ese sentido, fue el Tratado de Tlatelolco, el cual estableció un acuerdo de desnuclearización de los territorios en América Latina y el Caribe.
Este convenio fue propuesto por el entonces presidente Adolfo López Mateos e impulsado por los diplomáticos mexicanos Alfonso García Robles, Ismael Moreno Pino y Jorge Castañeda, todo esto en el contexto de la llamada Crisis de los Misiles. En 1982, García Robles obtuvo el Premio Nobel de la Paz por su labor para concretar el pacto.
Los países firmantes del Tratado además de México fueron: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Protagonismo de México en la ONU
Más allá de la referencia internacional con la que cuenta México, al ser una de las 20 economías más fuertes del mundo y tener esa relación irrenunciable con Estados Unidos, dentro de las Naciones Unidas, el país también ha tenido sus momentos protagónicos.
El diplomático Luis Padilla Nervo fue el primer embajador de México en la ONU y durante el sexto período de sesiones presidió la Asamblea General. De igual manera, el país ha ocupado la vicepresidencia en ocho ocasiones.
En cuanto al Consejo de Seguridad, organismo de las Naciones Unidas para mantener la paz, México también ha tenido participación, específicamente en cinco ocasiones, la última de ellas, el 17 de junio de 2020.
El Consejo cuenta con cinco miembros permanentes con derecho a voto, que son: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia, mientras que 10 miembros más no son permanentes, si no que cada dos años rotan cinco de ellos.
Bajo esa premisa, el 2 de noviembre de 2021, en medio de la pandemia del covid-19, México no sólo formó parte del Consejo de Seguridad, sino que también lo presidió por un corto lapso.
Siete días después, como el representante máximo de la política exterior mexicana y representante del país en el extranjero, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la sesión 8 mil 900 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.
Ahí, el mandatario, fiel a su estilo, emitió un mensaje donde habló sobre los sistemas de corrupción a nivel internacional que, a su criterio, son los principales causantes de la desigualdad, de la pobreza y el obstáculo del ejercicio del derecho.
“Es corrupción el que tribunales castiguen a quienes no tienen con qué comprar su inocencia y protejan a potentados y a grandes corporaciones empresariales que roban al erario o no pagan impuestos; es corrupción la impunidad de quienes solapan y esconden fondos ilícitos en paraísos fiscales; y es corrupción también la usura que practican accionistas y administradores de los llamados fondos buitres, sin perder siquiera su respetabilidad.
“Sería hipócrita ignorar que el principal problema del planeta es la corrupción en todas sus dimensiones: la política, la moral, la económica, la legal, la fiscal y la financiera; sería insensato omitir que la corrupción es la causa principal de la desigualdad, de la pobreza, de la frustración, de la violencia, de la migración y de graves conflictos sociales”, declaró López Obrador en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Representantes de México en la ONU
Así como existen embajadores o cónsules de México alrededor del mundo, como el ex secretario de Educación, Esteban Moctezuma, quién es el embajador de México en Estados Unidos, el país también cuenta con una Misión Permanente ante las Naciones Unidas.
La representación permanente de México permite que los intereses nacionales sean tomados en cuenta en los distintos foros, espacios y en la agenda de la ONU, lo que a su vez es fundamental para construir relaciones bilaterales y multilaterales con las demás naciones miembro en todo tipo de temas como combate a la delincuencia, derechos humanos, desarrollo sostenible, derecho internacional, desarme, operaciones de paz, entre otros.
Durante el sexenio del presidente López Obrador, ha habido dos representantes de México ante las Naciones Unidas, el primero de ellos, Juan Ramón de la Fuente, un médico psiquiatra, profesor, investigador y diplomático. Su gestión fue de diciembre de 2018 a septiembre de 2023.
Por tanto, la actual representante de México ante la ONU es Alicia Buenrostro Massieu, licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Iberoamericana y maestra en Economía Política por London School of Economics.
Buenrostro cuenta con una larga carrera diplomática, pues ingresó en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) desde 1990. Fue cónsul de México en Hong Kong y embajadora en Austria, Eslovenia, Eslovaquia y representante permanente ante los organismos internacionales en Viena.
Su último rol en la política exterior mexicana fue justamente ser representante permanente alterna de la misión de México en la ONU.
Recientemente, México hizo un llamado de paz y cese al fuego luego de que el conflicto entre el gobierno de Israel y el grupo terrorista palestino Hamás escalara nuevamente luego de la incursión de los yihadistas en territorio israelí.
Además, la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena condenó los ataques e instó a una resolución que implique el reconocimiento de dos Estados soberanos que convivan en paz.
El Gobierno de México se ha caracterizado históricamente por cumplir el principio de no intervención, el cual establece que gobiernos extranjeros no deben influir en asuntos internos de otras naciones. Asimismo, la política exterior del país utiliza entre otras, a la Doctrina Estrada, la cual dispone que ningún Estado requiere del reconocimiento de otras naciones para proclamar su soberanía.
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