México es el país con la mayor proporción de periodistas asesinados en 2022, dijo el miércoles en un reporte la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), que documentó un incremento alarmante de agresiones y detenciones de trabajadores de medios.
En el mundo, RSF informó del asesinato de 57 comunicadores frente a las 48 muertes en el mismo periodo del 2021, un número exacerbado por la guerra en Ucrania que estalló tras la invasión de fuerzas rusas en febrero.
América, con naciones convulsionadas por la violencia que incluyen a México, Haití, Nicaragua y Brasil, aparece como la región que más riesgos conlleva para los periodistas en el planeta por investigar temas vinculados al crimen organizado, las bandas criminales y la corrupción.
En México, donde hasta inicios de diciembre de 2022 se identifican 11 periodistas asesinados -cerca del 20 por ciento del total global- el informe indicó que las presiones de la sociedad civil y organizaciones internacionales y los mecanismos de protección de las autoridades locales han sido insuficientes.
El país norteamericano "sigue sin controlar la violencia que gangrena sus territorios y que afecta directamente a los periodistas", añadió el reporte.
"La periodista Lourdes Maldonado López era beneficiaria de las medidas de protección en el estado Baja California cuando fue ejecutada por una bala frente a su domicilio", dijo RFS, en alusión a una reportera de Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos, fallecida en enero y que había pedido ayuda al presidente Andrés Manuel López Obrador porque temía por su vida.
A inicios de diciembre, la organización de defensa de la libertad de expresión Artículo 19 consideró que el 2022 ha sido el año más mortífero para los trabajadores de prensa en México. Solo entre enero y agosto, se registraron 12 asesinatos de comunicadores, según el colectivo.
Cerca de la mitad de los asesinatos de 2022 han ocurrido en América, a pesar de no ser áreas abiertamente declaradas en guerra, de acuerdo a RSF. El informe registró tres periodistas asesinados en Brasil, en medio de la extensa cobertura a la deforestación amazónica y la actividad de la tala ilegal.
Entre los casos más connotados, el periodista británico Dom Philips fue encontrado desmembrado en la Amazonía junto con el cadáver de un líder indigenista que trabajaba para denunciar la caza furtiva y la explotación forestal en el área.
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