“Buenas, ¿algún trabajo de electricidad? ¿Carpintería? ¿Herrería? Lo que sea aquí en Tapachula. No tengo papeles. Si saben de algo, por favor se los agradecería”, apunta Diana Carolina, madre de dos niñas, esposa, venezolana.
Una treintena de grupos de venezolanos que radican o pasan por México expanden sus mensajes a través de Facebook. Unos tienen 28 mil seguidores, otros mil 500. Los usuarios solicitan consejo para obtener papeles, piden o se ofrecen trabajo, buscan cuartos o departamentos en renta, colocan fotos de algún familiar desaparecido. El drama del éxodo masivo puede verse y leerse en todo su esplendor.
Y es que los problemas de inseguridad y violencia generados por la falta de empleo, el nulo crecimiento económico tras la pandemia y el deseo de alcanzar el sueño americano, provocó un flujo de migrantes venezolanos hacia nuestro país a tal grado que en solo ocho meses de 2022 se quintuplicó la cifra de detenciones migratorias registradas en los últimos 20 años.
Los reportes de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación revelan que entre enero y agosto de este año fueron presentadas ante las autoridades migratorias 35 mil 562 personas que decidieron dejar el país gobernado por Nicolás Maduro, mientras que de 2002 a 2021 apenas se aseguraron a 7 mil 337 migrantes.
Para la especialista en temas migratorios, Leticia Calderón Chelius, la nueva ola de migrantes venezolanos se debe en gran medida a que el gobierno venezolano no ha podido reactivar su economía tras la pandemia de covid-19 y a que Estados Unidos mantiene restricciones económicas contra este país.
“Estados Unidos reconoce por un lado la negociación de petróleo con Venezuela, pero por otro lado no les retira el boicot económico que impide el flujo de recursos económicos que permitan la reactivación económica tras la pandemia, como se da en los demás países como México”, explicó la investigadora.
Por su parte, el diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Saúl Ortega, destaca que la expulsión de migrantes desde su país se debe en gran medida a las presiones económicas que impone Estados Unidos.
“Nuestro país no ha sido un país migrante, está siendo sometido a una guerra económica que es pública, los propios voceros del gobierno estadunidense anuncian cada día más medidas y acciones ilegales unilaterales contra nuestro país y eso ha hecho que algunas personas tengan que buscar la vida en otro país”.
Además, el diputado del PSUV catalogó como “una medida racista, segregacionista e inmoral” la decisión del gobierno de Joe Biden de enviar a México a todos los migrantes venezolanos que sean detenidos por la Patrulla Fronteriza.
El boom
El arribo de venezolanos comenzó a mostrar un amplio crecimiento a partir del último trimestre de 2021 cuando se detuvieron en promedio a mil 100 migrantes, pero el inicio del tsunami venezolano comenzó en junio cuando la cifra creció a los 3 mil 919 casos y en julio se registraron 4 mil 453 casos. Para agosto, los agentes migratorios detuvieron a 16 mil 881 personas.
Con este panorama, la dinámica migratoria cambió en nuestro país a tal grado que en el último mes de registro por cada migrante hondureño y guatemalteco detenido había tres venezolanos internados en las oficinas consulares, sobre todo en aquellas ubicadas en la frontera sur.
Eduardo Luis Hernández, emigrante venezolano que reside en México desde hace seis años, señala que las razones por las que sus paisanos vienen a México son las mismas que se registran desde 2014 cuando se dió el primer éxodo venezolano hacia Colombia y Perú.
“La mayoría de los que están saliendo están huyendo desesperados de una situación económica difícil, de la inseguridad y la falta de servicios básicos que fallan frecuentemente y ya son muchos años de esta situación. La gente ya está cansada de lo mismo y están resignados de que las cosas no van a cambiar a corto plazo”.
La ruta
La travesía de los venezolanos por el territorio nacional inicia justo en la frontera con Guatemala; sin embargo, los datos de la Segob dejan ver que 48 de cada 100 migrantes detenidos son detectados en los municipios fronterizos de Tapachula, Suchiate y Huixtla, ubicados en Chiapas.
Los trabajos de los agentes migratorios en estos tres municipios se ha incrementado de manera considerable en los últimos meses, pues de arrestar diariamente entre 2 y 4 personas provenientes de Venezuela en el primer semestre, para julio la cifra creció a los 103 casos y para agosto ya se registraban 287 detenciones por jornada.
Cabe señalar que en el periodo de enero-agosto, las autoridades mexicanas y estadunidense no habían anunciado un acuerdo para dar seguimiento al proceso de internación de venezolanos a territorio estadunidense, lo cual intensificó que un amplio número de migrantes se entregaran voluntariamente a las autoridades en los primeros días de octubre.
Para la otra mitad de venezolanos que libran la seguridad en la frontera sur les espera un camino largo hasta ya entrado el norte del país. Los informes migratorios señalan que el cuarto municipio con más detenciones de venezolanos es Piedras Negras, Coahuila, donde poco más de 2 mil migrantes ven truncado su sueño de llegar a la frontera con Estados Unidos.
Todavía más cruel resulta ser para un grupo de poco más de 750 venezolanos que tras caminar y transitar a lo largo de los 3 mil kilómetros que mide el país, son retenidos por los agentes migratorios en ciudades fronterizas como Tijuana, Baja California, o Hermosillo Sonora.
Hasta el año pasado los venezolanos podían entrar al país únicamente con su pasaporte, pero desde la segunda quincena de 2022 el gobierno federal endureció los requisitos para que los habitantes de Venezuela cruzaran las aduanas mexicanas al exigirles tramitar una visa.
Con este nuevo requisito, todos los venezolanos que quieran ingresar a nuestro país deberán acreditar un sueldo mensual de por lo menos 14 mil pesos y manejar una cuenta bancaria con recursos equivalentes a 50 mil pesos mexicanos en los últimos tres meses.
Estas medidas resultan casi imposibles de cumplir para el 92 por ciento de la población venezolana que apenas percibe el salario mínimo que es de 28 dólares mensuales, lo que equivale a 560 pesos mexicanos.
A pesar de las nuevas trabas, los venezolanos siguen llegando a nuestro país e incluso ya se muestra también un incremento de detenciones realizadas por la Patrulla Fronteriza, pues en agosto se reportaron 25 mil 349 arrestos, lo que representa un incremento de casi 300 por ciento con lo reportado en el mismo periodo de 2021.
La crisis migratoria que enfrentan México y Estados Unidos con la llegada masiva de venezolanos se traduce en que tan solo en agosto suman más 44 mil migrantes detenidos en ambos países y a falta de lo que se reporte en los meses posteriores.
cog