"Sí, ahora sí como dicen: "Después del niño ahogado quieren tapar el pozo", porque había mucho tiempo para que vinieran y hubieran empezado desde acá atrás, que todo esto era agua y ahorita mire dónde va...".
Esta es la situación que viven los habitantes de Pátzcuaro, Michoacán, ante la inminente muerte de su lago.
Pese al despliegue de maquinaria, labores de limpieza y operativos para evitar la extracción ilegal del agua, a la isla de Janitzio se está por llegar caminando.
Milenio visitó el municipio enclavado en la región lacustre para constatar la situación que se vive. A decir de su gente, no hay turismo y el poco que va lo hace por morbosidad y no con genuino interés de conocer la magia que aún conserva.
Pedro de la Cruz, presidente de la Cooperativa Pesquera "San Pedrito", reconoció que el traslado de turistas "ya es muy riesgoso" porque "qué tal si nos atoramos por ahí, y el turismo se queda a medio lago, por la misma razón de que ya no tiene la profundidad para navegar las lanchas", dijo.
"Anteriormente, que yo me acuerdo, el agua llegaba hasta aquí, abajito de esto y eso es lo que se ha secado bastante... y ahora, como le digo, esta agua que está pasando por ahí no es lo suficiente pues para rescatar el lago de Pátzcuaro", señaló.
"¿Sí se han quedado atorados?", se le cuestiona a don Pedro. "Sí, sí se han quedado atoradas las lanchas", respondió.
La localidad de Jaracuaro refleja la realidad del lago que también es visible en sus muelles. El suelo árido y el lodo van ganando terreno en donde alguna vez hubo agua, por lo que el cruzar caminando hacia la isla ya es cuestión de metros de distancia.
"Tenemos temor.. sí, ya hay rumores, eh. Ya ahora nos dijeron que sí van a cerrar (la navegación) y tememos mucho que cierren porque, pues ya prácticamente siento que el turismo ya no va a venir; el poco turismo que viene ya no va a venir", comentó una comerciante del Muelle General.
Junto con otras prestadoras de servicios, sostuvieron que el gobierno actuó tarde, ya cuando el lago estaba prácticamente muerto.
"Antes se salían lanchas, unos 27 o 30 lanchas los sábados y domingos y ya entre semana, como hoy, no hay ningún viaje", agregó don Pedro.
Ante el futuro incierto del lago y Pátzcuaro, su gente se abraza a la fe, confiando en un milagro divino.
"A lo mejor no se va a recuperar hasta acá arriba, digamos, al cien por ciento, pero sí se va a recuperar. Primeramente, dios esperamos buenas lluvias y las lluvias le ayudan también demasiado, o sea dios hace su parte, el ser humano hace su parte y las maquinarias están con todo", confío otra comerciante.
cog