Estamos en la jungla, dice cura Calvillo tras golpiza en Michoacán

“En esta zona y en todo México estamos en un Estado fallido, en un estado de descomposición social; se han perdido los valores, se ha perdido la ley”, expresó el clérigo.

| José Antonio Belmont
Morelia, Michoacán /

México es un Estado fallido, donde no solo se han perdido los valores sino también la ley, “estamos en la jungla, en la anarquía”, expresó Mateo Calvillo, sacerdote diocesano de la arquidiócesis de Morelia. 

El cura denunció este domingo que fue brutalmente golpeado por un sicario del crimen organizado en la región serrana de Michoacán que colinda con Guanajuato.

“En esta zona y en todo México estamos en un Estado fallido, en un estado de descomposición social; se han perdido los valores, se ha perdido la ley. Estamos en la jungla, en la anarquía.

“Es un ambiente caldeado, de polarización, odio, de descalificación que lo hace una persona que tiene mucha influencia. Y esto es sumamente grave porque no se detiene aquí”, reprochó.


En entrevista con MILENIO, Calvillo, quien cuenta con un doctorado en educación en la fe de adolescentes por la Universidad de Ciencias Humanas en Estrasburgo, Francia, explicó que su agresor, “de 1.90 y fuerte”, no sabía siquiera que era sacerdote.

“Me tomó como un ciudadano común y corriente (...) Lo mío no fue por ser sacerdote, no fue por ser comunicador, fue por ser un hijo del pueblo. Lo que me pasó a mí le pudo pasar a cualquiera”, alertó quien por años fue responsable de la oficina de evangelización por radio y televisión de la Arquidiócesis de Morelia.

“Yo me siento hermano de las víctimas de la violencia, de todos los que la han sufrido. Siento que esto nos puede pasar a todos y nos puede pasar algo peor, como todos los hermanos que han sido ejecutados, porque siento que los inocentes están desprotegidos, no hay quien proteja a los inocentes, más bien se habla de proteger a los que andan en el narco porque también son seres humanos”, recalcó.

El cura dijo respetar al presidente Andrés Manuel López Obrador, pero hizo un llamado a ayudarlo “para que salga de sus otros datos y que cumpla su deber”.

A pesar de lo que ocurrió, Calvillo rechazó que se vaya a ir de Michoacán, aunque valora junto con la fiscalía del estado solicitar algún tipo de protección.

La golpiza al sacerdote no fue la primera agresión que sufre el clero en la región serrana de Michoacán colindante con Guanajuato.

Raúl Juárez, cura de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en el municipio de Queréndaro y quien auxilió a Calvillo, aseguró que los religiosos también son víctimas constantes de los sicarios.

“Sé de otros sacerdotes que... les ha tocado que les quitan sus carros y cuando saben que son sacerdotes igual les dicen ‘ya le tocaba, ¡quítaselo!’. A la hora de la hora nos tratan igual”.



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