Un reo murió después de haberse involucrado en un altercado dentro del Centro Penitenciario de Alta Seguridad para Delitos de Alto Impacto en el municipio de Charo, en el estado de Michoacán.
De acuerdo al secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña, el disturbio comenzó por un desencuentro entre algunos internos como resultado de unas dinámicas deportivas, y el hombre golpeado, por la gravedad de sus heridas, falleció.
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Torres Piña descartó que el pleito fuera motivado por disputas del control carcelario por grupos internos o que se tratara de un intento de motín.
El funcionario estatal aseveró que en cuanto comenzó el disturbio, la Policía Procesal atendió el reporte y activó los protocolos de seguridad para restablecer el orden.
Como resultado de la riña, cinco internos fueron reportados como heridos, de los cuales, tres requirieron hospitalización para su atención médica, según Torres Piña.
Mientras que la víctima moral, quien murió a consecuencia de las graves lesiones en su cuerpo, fue identificada como Luis Eduardo ‘R’, de 34 años, quien estaba bajo prisión preventiva oficiosa por el delito de secuestro.
Por último, la Fiscalía General de Michoacán dijo que abrió una carpeta de investigación para esclarecer el hecho.
Muertes de reos son preocupantes a nivel global
Los casos en los que un reo fallece en un centro penitenciario debido a riñas entre reclusos son profundamente preocupantes y reflejan serias fallas en el sistema penitenciario. Estas situaciones no sólo indican problemas de seguridad y control dentro de las cárceles, sino que también revelan la falta de atención a las necesidades de rehabilitación y apoyo psicológico de los internos.
La violencia en los centros penitenciarios puede tener múltiples causas, como el hacinamiento, la falta de recursos, la influencia de grupos delictivos y la insuficiente capacitación del personal. Es fundamental abordar estas cuestiones para prevenir tragedias y garantizar que los centros de detención cumplan con su función de reintegración social, en lugar de convertirse en lugares de más violencia y sufrimiento.
Además, es necesario que se realicen investigaciones exhaustivas para esclarecer las circunstancias de cada caso y que se tomen medidas adecuadas para mejorar la situación en las prisiones.
Para prevenir estas situaciones es necesario reducir el hacinamiento y asegurar instalaciones adecuadas para los internos, lo que puede disminuir tensiones y conflictos. Además también podría ser útil proporcionar formación continua a los guardias y trabajadores penitenciarios en manejo de conflictos, mediación y atención psicológica.
AA