Lo que debía ser una celebración religiosa en la Hacienda San Cayetano, ubicada en el municipio de Nanacamilpa, Tlaxcala, terminó convirtiéndose en una confrontación para decenas de familias, luego de la detección de dos sujetos que, haciéndose pasar por sacerdotes, pretendían oficiar ceremonias de primeras comuniones utilizando documentación eclesiástica falsificada.
El engaño, que vulneraba los sentimientos religiosos de los asistentes, se desmoronó cuando una anomalía en los formatos de los documentos entregados a los padres despertó las primeras sospechas.
La incredulidad pronto se transformó en certeza y luego en ira contenida. El hallazgo desató la furia de los presentes, quienes encararon a los falsos ministros y estuvieron a punto de agredirlos físicamente, ante la sensación de haber sido estafados en un momento tan significativo para sus familias.
Realizan operativo en Nanacamilpa para evitar un linchamiento
La situación escaló rápidamente, requiriendo la intervención de las fuerzas del orden para evitar que la multitud, estimada en unas 60 personas, tomara justicia por su propia mano.
Elementos de la policía municipal acudieron inicialmente al lugar con el objetivo de calmar los ánimos y resguardar la integridad de los dos implicados. La tensión era tal, que los afectados bloquearon momentáneamente una patrulla que intentaba retirar a los sospechosos del lugar.
Posteriormente, el operativo se amplió con la llegada de agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), la Guardia Nacional, la Marina y policías del municipio vecino de Españita.
Este despliegue conjunto logró contener la escalada del conflicto y permitió el procedimiento legal correspondiente.
Los dos hombres, identificados en reportes policiales como Filemón N., de 37 años y originario del Estado de México, y Oliver N., de 27 años, residente de Nanacamilpa, fueron finalmente asegurados y trasladados a las instalaciones de Seguridad Pública para su interrogatorio.
Así era el modus operandi de los impostores
Según las primeras investigaciones, los ahora detenidos montaron una misa aparentemente completa, con todos los elementos rituales, logrando convencer a los asistentes de su autenticidad como ministros religiosos.
Su objetivo habría sido lucrar con las ceremonias, cobrando a las familias por un servicio sacramental ilegítimo.
Actualmente, las autoridades indagan a fondo el origen y la elaboración de las boletas y credenciales fraudulentas, así como un posible esquema de fraude más amplio que pudiera involucrar a otros cómplices o eventos similares en la región.
El caso ha quedado en manos del Ministerio Público, que definirá los cargos legales en su contra, los cuales podrían incluir falsificación de documentos, suplantación de identidad y fraude.
El incidente no solo ha dejado una profunda decepción en la comunidad, sino que también ha alertado a las autoridades eclesiásticas y civiles sobre la necesidad de verificar la legitimidad de quienes ofician actos religiosos.
Se recomienda a los feligreses confirmar siempre la identidad de los sacerdotes con sus parroquias o diócesis correspondientes antes de contratar cualquier servicio sacramental, para evitar caer en manos de impostores que buscan aprovecharse de la fe y la confianza de las personas.
ERV