El estudiante normalista de Ayotzinapa asesinado por elementos de la policía de Guerrero fue identificado como Yanqui Gómez, originario del municipio de Tixtla. Hoy, a cuatro días de su asesinato, su familia y seres queridos exigen que se haga justicia en un caso denominado como abuso de autoridad.
Las primeras versiones sobre la muerte de Yanqui apuntaron a que él le había disparado primero a los policías de Guerrero cuando circulaba a bordo de un vehículo por calles de Chilpancingo, capital de Guerrero; sin embargo, indagatorias posteriores revelaron que éste no disparó y fue víctima de abuso de autoridad.
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Inclusive, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidió a la Fiscalía General de la República (FGR) atraer el caso y dio su pésame a la familia del joven estudiante normalista.
¿Quién fue Yanqui Gómez, el normalista asesinado por la policía de Guerrero?
De acuerdo con la madre de Yanqui, Lilia Vianey Gómez, Yanqui Kothan Gómez Peralta, de 23 años, provenía de una familia de escasos recursos de la entidad de Tixtla, Guerrero.
Yanqui estudió, durante su educación primaria, en el Internado Número 21, Adolfo Cienfuegos y Camus. A decir de su madre, el joven, que años después decidió apoyar la causa para que sigan las investigaciones por la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, era alguien estudioso y responsable.
Paralelamente, el joven estudiante disfrutaba del deporte, pues participaba en las conocidas carreras Guadalupanas, viajes en los que las personas salen de Guerrero portando una antorcha y hacen relevos en tramos de 500 metros o un kilómetro, mientras son acompañados por un camión guía.
Yanqui también formaba parte de una asociación religiosa que, cada año, organizaba peregrinaciones hacia la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México.
“Yanqui fue un niño travieso, responsable. Le gustaba bailar en las danzas. Fue un niño estudioso, estudió en el Internado Número 21, Adolfo Cienfuegos Icamus. Él fue muy responsable, porque en ese internado recibían un poquito de dinero que les daban: él con ese dinero me lo daba para que sus hermanas comieran, que su madre comiera”, comentó Lilia Vianey Gómez en entrevista.
Según su perfil en redes sociales, donde también compartía su gusto por el senderismo y montar a caballo, Yanqui se encontraba estudiando en la escuela Normal Rural de Ayotzinapa, de donde 43 jóvenes fueron desaparecidos en 2014 y cuyo paradero sigue sin ser descubierto.
“Nos unimos a la pena que embarga a su apreciable familia por la pérdida irreparable de nuestro amigo y compañero corredor Yanqui Kothan Gómez Peralta. Estamos con ustedes compañeros, que Dios les dé mucha fortaleza a toda la familia, el Club Guadalupano está de luto”, escribió el Club Guadalupano de Tixtla tras la muerte de Yanqui.
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Irregularidades sobre la muerte de Yanqui, el normalista asesinado por la policía
Según las autoridades de Guerrero, el 7 de marzo, a las 22:00 horas, el estudiante normalista conducía una camioneta con reporte de robo por calles de Chilpancingo en dirección a su natal Tixtla. Al percatarse de esto, los policías supuestamente le hicieron el alto, pero fueron sorprendidos por el joven, quien comenzó a dispararles.
Esto supuestamente habría desencadenado en un enfrentamiento entre el joven normalista y miembros de la policía guerrerense, dejando como saldo a Yanqui muerto.
A la mañana siguiente del hecho, el presidente López Obrador pidió a la FGR atraer el caso e investigar la muerte del joven normalista. Dos días después, el mandatario nacional destacó que las investigaciones de la dependencia apuntan a que la primera versión es falsa, pues el joven nunca disparó contra los policías.
Pese a que las indagatorias siguen en desarrollo, el presidente López Obrador destacó que los tres policías presuntamente relacionados en la muerte de Yanqui fueron detenidos y se comprometió a que habrá justicia en un caso que apunta a tratarse de un abuso de autoridad.
“A ellos (los normalistas) los tratan como delincuentes, pero también entiendan su razón de ellos, que son estudiantes de bajos recursos igual, hijos de campesinos que buscan superarse. A veces la economía no alcanza para comprar una libreta o un lápiz y es lo que piden, lo que exigen que les den”, dijo la madre del joven.
KT