Qué tuvo que ver Genaro García Luna en la operación Rápido y Furioso

Rápido y Furioso es uno de los operativos más polémicos en contra del crimen organizado por sus fallidos resultados: cientos de armas entraron a México y cayeron en manos del Cártel de Sinaloa y otras organizaciones.

La FGR giró una orden de aprehensión contra García Luna por su participación en el operativo Rápido y Furioso, pero no fue juzgado / Cuartoscuro.
Ciudad de México. /

El secretario de Seguridad de México durante el gobierno de Felipe Calderón, Genaro García Luna, fue sentenciado a 38 años de prisión en Estados Unidos, debido a que aceptó sobornos a cambio de ayudar y permitir la expansión de las operaciones del Cártel de Sinaloa.

El juez Brian Cogan no le hizo caso a las solicitudes de la Fiscalía y le impuso una pena menor a la que se esperaba al ex jefe de la policía en México, quien hasta el último momento mantuvo su inocencia frente a los cinco cargos de los que se le declaró culpable y que delataron su relación con el crimen organizado.

Durante su gestión en la Secretaría de Seguridad, México vio el inicio de la respuesta militarizada contra el crimen organizado, que más tarde sería llamada “la guerra contra el narco” y, en medio de ella, se presentó uno de los operativos más polémicos de la historia reciente de México: Rápido y Furioso.

¿Qué es el operativo Rápido y Furioso?

El 26 de octubre de 2009, tuvieron una reunión el director del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos, Kenneth Melson; el administrador de la DEA, Michele Leonhart; y el director del FBI, Robert Mueller. Así nació Rápido y Furioso, una estrategia secreta contra el tráfico de armas entre México y su vecino del norte.

Las armas fueron enviadas de Estados Unidos a México, pero se desconoce su paradero a día de hoy / Archivo.

A grandes rasgos, lo que el operativo buscaba era liberar a personas acusadas de traficar armas entre México y Estados Unidos, para identificar la cadena de compra y venta. Esto se lograría poniendo un chip en las armas de fuego, que revelarían su ubicación, revelando la ubicación de los grupos del crimen organizado.

La operación tenía el respaldo del fiscal de Estados Unidos, Dennis Burker; sin embargo, Rápido y Furioso tuvo críticas desde antes de su implementación, pues se planeaba poner cerca de 2 mil 500 armas de fuego en manos del crimen organizado en México.

El operativo fracasó, pues las autoridades estadunidenses no lograron rastrear el destino de las armas y, por el contrario, sólo se incrementó la violencia. Inclusive, el policía fronterizo Brian Terry fue asesinado por una bala de un rifle AK-47, que estaba registrado por la AFT y pertenecía al operativo.

De acuerdo con la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) el Cártel de Sinaloa fue “la organización delictiva destinataria de las armas”. Aunque otras que también fueron beneficiadas son Los Zetas y el Cártel del Golfo.

Aparentemente, el gobierno de México no estuvo enterado de la implementación del operativo Rápido y Furioso, y fue hasta el 2011, cuando Wikileaks filtró claves gubernamentales de Estados Unidos y reveló su existencia, que el gobierno de Felipe Calderón se enteró de él y los errores en su implementación.

Los posicionamientos de México tras la revelación del operativo fueron varias, pero siempre manteniendo que no se encontraba enterado de que Estados Unidos había permitido el ingreso de miles de armas de fuego a su territorio, llegando a manos del crimen organizado.

¿Qué relación tuvo Genaro García Luna con el operativo Rápido y Furioso?

De acuerdo con la versión del gobierno de Felipe Calderón, Genaro García Luna y todos los demás funcionarios no tuvieron relación alguna con el operativo, pues éste habría sido implementado por Estados Unidos, sin dar aviso a la administración federal.

Sin embargo, en 2019, cuando Estados Unidos había cerrado la investigación, la Fiscalía General de la República (FGR) retomó el caso. Dos meses después, Estados Unidos entregó información para poder rastrear más de mil 500 armas que quedaron sin un destino claro.

La FGR, entonces, involucró oficialmente a miembros del gobierno de Felipe Calderón en el caso, girando siete órdenes de aprehensión (cuatro a ex miembros de la Policía Federal), una contra Luis Cárdenas Palomino, otra contra El Chapo Guzmán y la última para Genaro García Luna.

García Luna fue detenido a finales de ese 2019 en Estados Unidos. Desde entonces, el ex jefe de la policía nunca fue traído a México para ser juzgado por el caso Rápido y Furioso, no sabiéndose cuál fue realmente su nivel de implicación.

KT

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