La inseguridad por extorsiones y cobro de piso a limoneros en Michoacán, que disparó el precio de los productores en aquel estado, repercutió en Veracruz, al incrementarse la demanda de limones en más del 30 por ciento y elevarse más del 25 por ciento el precio de los mismos.
Sin embargo, los productores citrícolas de Martínez de la Torre, Álamo Temapache, San Rafael, Papantla y Misantla, enfrentan un calvario similar al del estado michoacano, del que la mayoría teme hablar abiertamente.
- Nacional
Milenio platicó con tres productores de cítricos y la familia de un trabajador que fueron víctimas de secuestro y asesinato en el último año en Veracruz.
Además, una pareja de adultos mayores abandonó la región, pues por meses entregaban 10 mil pesos mensuales a un presunto jefe de plaza, quien fue asesinado, y quienes lo privaron de la vida, tomaron su lugar y elevaron la cuota que se volvió impagable.
Productor limonero fue secuestrado por presuntos policías
José N. relata que fue privado de la libertad cuando trabajaba la parcela, su familia presentó la denuncia correspondiente; salvó su vida, pero la misma cambió drásticamente.
“Venían vestidos de policías, pero no eran verdaderos policías, sino secuestradores; yo con mi pecho sano accedí a que me revisaran pero ahí fue el secuestro, me encapucharon, me taparon los ojos y oídos y me echaron a la cajuela de un coche. Se siente muy feo, no está uno acostumbrado a vivir esas situaciones, lo denigran a uno como persona…ellos amedrentan a la familia y a la persona, se siente uno mal, que no vale uno nada”, relató José.
Saben quiénes son sus captores, los cuales, dice, siguen libres, y operando en una de las regiones citrícolas más importantes del país.
Rubén N. es otra víctima de privación ilegal de la libertad y por seguridad no revela su nombre completo, él relató que una semana permaneció encerrado en un espacio reducido, maniatado y con los ojos vendados, hasta que los plagiarios obtuvieron lo que pedían y lo dejaron en libertad pero la inseguridad permanece.
Después de esta experiencia queda el temor e inseguridad “es difícil recuperarse como persona ya confiada, centrada, segura, muy difícil, son momentos en lo que uno siente que ya perdió todo”.
Cobros de piso hacen imposible la vida de los productores de cítricos en Veracruz
Quien relata una historia más cruda es Mary, quien perdió a su hijo, cuando apenas salía de su casa para irse a cortar limones al campo. Lo asesinaron, y días después en la misma zona, fue ejecutado otro trabajador.
Su caso tampoco ha recibido justicia y sus vecinos, un par de adultos mayores, dice, abandonaron el pueblo y la actividad, cansados de pagar cobro de piso a la delincuencia, por meses entregaban 10 mil pesos mensuales a un presunto jefe de plaza que fue asesinado.
Los criminales que lo privaron de la vida tomaron su lugar y elevaron la cuota, que se volvió impagable para el par de ancianos que dejó su casa, para salvar su vida.
Manuel, quien es productor y comercializador de cítricos, cuyo principal mercado de exportación es Estados Unidos, seguido de Francia y Japón, explicó que el limón de segunda y tercera se queda para el consumo nacional y para las empresas de jugos.
Mencionó que la actividad en esta temporada es redituable, pero la inseguridad que se vive en la región lo hace a veces dudar de seguir con la misma, pues tiene amigos y familiares que han sido víctimas de la delincuencia y de manera recurrente en la zona ocurren levantones, asaltos y ejecuciones, no sólo de productores, sino de compradores.
Trasladar la cosecha incluso entre ciudades cercanas como Papantla, San Rafael o Álamo resulta peligroso, pues con un camión Torton perdido, al precio que tiene el limón en estos momentos, representa perder más de un millón de pesos.
Por ello, igual que en Michoacán, los citricultores de Veracruz demandan mayor seguridad en la zona, pues la producción del campo es la principal actividad económica en la región.
Veracruz produce un promedio anual de más de 350 mil toneladas de cítricos, principalmente limón y naranjas, siendo el mayor productor nacional.
Todos los citricultores entrevistados coinciden en algo, viven con temor, pues muchas veces los secuestradores visten uniformes de policías, y en ninguno de los casos se ha hecho justicia, a pesar de existir denuncias formales.
AGA